El conflicto en el transporte público se enquista después de semanas de paros
Desde hace semanas el transporte público está de huelga todos los lunes y jueves. Y hoy vuelven los paros en Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, que gestiona metro y tranvía, y en la EMT de Valencia. Los autobuses municipales paran de 7 a 8 de la mañana y lo mismo por la tarde. Y el metro ha convocado paro desde las 5.50 hasta las 10 de la mañana.
La coincidencia de los dos paros está siendo caótico para los viajeros a pesar de que los servicios mínimos decretados están en el 60%. Las protestas de los viajeros arrecian y las Administraciones públicas responsables ya no disimulan su incomodidad. La dirección de FGV salió hace dos días y redujo el conflicto a un asunto puramente salarial. "Es por el 5% de rebaja al que nos obliga el Gobierno", argumentó la gerente, Marisa Gracia, quien recuerda que los sindicatos llevan 54 huelgas en la compañía. Los sindicatos niegan la mayor. "Fíjate si no es salarial que en nuestra tabla reivindicativa pedimos 0% de aumento salarial para los trabajadores y recorte del 15% en la dirección. Esta vez lo que reclamamos es que FGV deje de subcontratar con empresas externas servicios que antes prestaba la plantilla para así recuperar masa salarial", explica Manuel Alcaraz, de CC OO en FGV.
Los paros en FGV y la EMT coinciden hoy por segunda vez
Los sindicatos se quejan de que la recaudación de los billetes vaya a parar a la caja única de la Generalitat. "No sabemos si luego sirven para pagar el asfaltado del circuito de fórmula 1 o para otras cosas que no tienen que ver con FGV", añaden los sindicatos, que aseguran que la red de metro en Valencia cubre los gastos de explotación del servicio -si se exceptúan los costes de personal-. La gerente de FGV reconoce que gran parte del presupuesto con que funciona FGV procede de la Generalitat y la situación este año es de crisis, con presupuestos muy restrictivos. "De las peticiones que hacen los sindicatos, la única que FGV no puede hacer nada es la relativa al salario", subrayó la gerente. Según Toni Soler, de UGT, más de 40 estaciones no tienen personal y, cuando se cierran los vestíbulos a las diez de la noche, los viajeros no pueden comprar ni cancelar los billetes.
En la EMT, la situación está más enconada. Los sindicatos han convocado los paros hasta junio por el recorte del servicio y porque pueda privatizarse parte de él. Estas organizaciones se oponen a los recortes aplicados en 14 líneas de autobús y a que se despidan a una veintena de conductores. La asociación de consumidores Avacu ya ha salido en defensa de los viajeros y ha solicitado incluso una nueva regulación de huelga.
CGT replicó ayer a Avacu que la reducción de la calidad del servicio y también de su cantidad es motivo suficiente para convocar estos paros, "sobre todo cuando se trata de un año en que ha subido el precio del billete". La EMT tiene suscrito un convenio laboral hasta el año 2012, "y en ningún momento se ha puesto sobre la mesa el incremento salarial o beneficio social alguno, salvo el mantenimiento del empleo público".
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