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Los vecinos de Polop condenan el crimen de Ponsoda

Apenas 200 personas recorrieron ayer las calles de Polop para manifestarse bajo el lema Rechazo al asesinato de Alejandro Ponsoda, justo el día que se cumplían tres años de que el ex alcalde polopino fuera tiroteado dentro de su coche a las puertas de su casa. La manifestación, convocada formalmente por un vecino, no contó con el respaldo de los partidos de la oposición y concluyó a 100 metros del domicilio de Juan Cano, uno de los imputados por su posible implicación en el crimen.

Los manifestantes iniciaron la marcha ante el Ayuntamiento y entre ellos se encontraban las dos hijas de Ponsoda, Fátima y María, la alcaldesa, María Dolores Zaragoza y otros dos concejales del PP. El portavoz del PSPV-PSOE, Gabriel Fernández, no se adhirió porque "más allá de la condena de los hechos, hay abiertos dos procedimientos judiciales, nueve imputados y hay que dejar trabajar a la justicia". Fernández añadió que "si la investigación no encontrara a los culpables, entonces será el momento de salir a la calle a pedir justicia". Tampoco acudió ningún regidor de Gent de Polop.

Zaragoza argumentó que la manifestación "no está vinculada a intereses políticos" y algunos miembros de su cabecera criticaron la escasa presencia de vecinos de un municipio de 4.000 habitantes porque "en un acto como este no se debe mirar la política".

Amenazas

Paquita Orts y Paqui Calvo, dos de las portadoras de pancartas con el lema que abrió el camino abogaron porque "no se olvide lo que pasó, se haga justicia y que los culpables paguen, sea quien sea". Insistieron en que "no se ha hecho bastante" y en que "la justicia va muy lenta". La manifestación fue autorizada a pesar de que tenía como punto de finalización la calle de la urbanización donde vive Juan Cano, a las afueras del pueblo.

Por otro lado, María Dolores Zaragoza puso en conocimiento de la Guardia Civil hace unos meses algunas amenazas que había recibido a través de Internet y que incluso se habían publicado como comentarios en medios digitales. También advirtió a la UCO de la sospecha que tenía de haber estado siendo seguida en algunos momentos de su actividad privada. La alcaldesa llegó a pedir explicaciones a una pareja de jóvenes que aguardaban en un vehículo mientras visitaba un domicilio particular.

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ROSA FUSTER

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