Aguirre prevé un crecimiento de Euskadi a final de este año inferior al 0,5%

El consejero vasco de Economía, Carlos Aguirre, prevé que el País Vasco cierre 2010 con un crecimiento económico positivo, aunque inferior al 0,5% y que habrá que esperar hasta 2011 para que crezca el empleo. Así lo puso de manifiesto ayer, en Bilbao, donde precisó que la tasa de paro aumentará unas décimas "antes de iniciar un suave descenso que la situará en el entorno del 9%" para finales del próximo año.

Al referirse al presupuesto del próximo ejercicio, todavía sin cerrar, el ponente recordó que los ingresos serán menores que en 2006, por lo que las cuentas públicas descenderán en torno al 2,3% respecto al de este año. Eso sí, Aguirre subrayó el dato de que en 2011 el gasto corriente "bajará por primera vez en la historia" y que se primará el mantenimiento de los servicios fundamentales "racionalizando el gasto y propiciando una mayor eficiencia", a la vez que "se verá una ligera bajada en la inversión, aunque unida a un paquete de medidas que se pondrá en marcha arrojará al final un saldo positivo", avanzó.

Aguirre, que no pudo ser presentado como estaba previsto por Rodolfo Ares por encontrarse éste en el Comité Federal del PSOE en Madrid, no tuvo inconveniente en asegurar que el sector público "necesita ajustarse y redimensionarse", y en referencia a los servicios públicos subrayó que se trata de "conseguir una mejor asignación de recursos para mejorarlos, no para suprimirlos".

La fiscalidad

Durante su intervención, que acompañó de numerosos datos pero también de diagnósticos de situación, no se olvidó de recordar que Europa "está lastrada" por un paulatino envejecimiento y una demanda interna "muy madura". En este contexto, en línea con la base argumental ya esbozada por el propio lehendakari, Patxi López, apuntó que "se requiere un gran acuerdo sobre el nivel de servicios públicos que queremos dotarnos y sobre cómo lo pagamos".

Aguirre duda de que "sólo" con el crecimiento económico se pueda garantizar la sostenibilidad de los servicios públicos y por eso apuesta por "reconducir" el sistema fiscal de forma que "a la vez que se avanza hacia una senda estable de crecimiento económico se recobren niveles de presión fiscal, que pueden cifrarse en torno al 21% del PIB vasco, que son compatibles con el estado de bienestar".