Un novato dirige al nuevo Ronaldinho
Con solo tres años en Primera, Allegri, "un guaperas con cara de actor", según Berlusconi, sitúa al brasileño tras los puntas
Cuando el Milan ganó su última Copa de Europa, Massimiliano Allegri estaba a punto de fichar por el Sassuolo, un equipo de la Tercera italiana. Era mayo de 2007. Tres años y medio después -y tras deslumbrar en el banquillo del Cagliari- se prepara para dirigir su tercer partido de Champions en el escenario más grande en el que ha estado: el Santiago Bernabéu. No quiere ni oír hablar de miedo escénico, ni, por supuesto, de duelo personal con José Mourinho. "Son los jugadores los que hacen rodar la pelota", dice. Allegri, que en su día jugó de mediapunta y fue compañero de Gattuso en el Perugia, es el único entrenador al que Mourinho no consiguió derrotar en su primer año en el calcio. Los jugadores destacan su lado "más humano" y Seedorf su capacidad "de transmitir con entusiasmo su pasión por el fútbol". Sus compañeros de profesión le votaron en 2008 para el banquillo de oro, un premio al mejor técnico de Primera.
Los que le conocen bien dicen que de toscano (nació en Livorno hace 43 años) tiene bien poco. Tranquilo, poco hablador, nunca le pillan haciendo un mal gesto o pegando un grito... Pero, y esta vez sí como buen toscano, hace bandera de un gran sentido del humor. "Siempre tiene la respuesta preparada, es listo", le definen los periodistas italianos. Algo imprescindible para poder sobrevivir a los dardos de Berlusconi. El dueño del Milan prescindió el año pasado de Leonardo porque no le gustaban sus alineaciones. Demasiado poco ofensivas para su gusto. Berlusconi irrumpió en Milanello -la ciudad deportiva del Milan- en helicóptero el 19 de julio, primer día de concentración. Hacía muchos años que el dueño del club no aparecía el primer día del cole. Lo hizo y dio, cómo no, la bienvenida a Allegri muy a su manera. "Es un guaperas con cara de actor", comentó. "Tiene el identikit [perfil] perfecto para conducir al Milan. Un equipo que tendrá que ser ofensivo y espectacular".
Sonó como una orden más. Como las que sufrieron Ancelotti y Leonardo. Ancelotti aguantó siete cursos, Leonardo solo uno. Se marchó, de hecho, por "incompatibilidad de carácter" con el presidente. Allegri se tomó a broma la bienvenida de Berlusconi. O eso dio a entender. "Soy un tipo irónico. Cojo el lado positivo de las cosas siempre y no me siento nunca contra la pared", explicó.
Fue Adriano Galliani, administrador delegado del club, quien apostó por él. "Tiene el estilo", llegó a decir. Y, para convencer a Berlusconi, organizó una comida en su villa de Arcore. Allí, el primer ministro italiano le hizo la pregunta del millón a Allegri. ¿Dónde debería jugar Ronaldinho?, le comentó. "Detrás de los dos puntas", contestó el técnico. Justo donde el brasileño siempre se había negado a jugar, celoso de su sitio en la izquierda. Para Galliani, la respuesta fue la prueba del carácter de Allegri. Cuatro meses después, Ronaldinho juega detrás de los dos puntas, donde se ubicaba Kaká. Allegri no solo ha convencido al brasileño de moverse hacia el centro. También convenció a Gattuso para que no se marchara. El medio estaba con pie y medio fuera del equipo. "No quería ser un peso. Quería irme. Allegri fue quien me lo impidió. Me convenció con las palabras correctas. Para mí las relaciones humanas siempre han contado mucho. Con Leonardo no tenía feeling", ha confesado.
Ya habían compartido vestuario en el Perugia entre 1995 y 1997. Allegri jugó luego en el Nápoles y en el Cagliari tras pasar por Segunda y Tercera. En el Aglianese de Tercera colgó las botas en 2003 con 36 años y empezó su carrera de entrenador. Pasó por el Spal y el Grosseto antes de recalar en el Cagliari. "¿Cómo se llega al banquillo del Milan? Cada uno intenta ir al máximo cuando empieza. Soy afortunado porque he llegado al máximo con apenas dos años de experiencia en Primera", comentó en el Bernabéu. "Experiencia no tiene, pero todo llegará. Es una persona dispuesta, con una gran pasión por el fútbol y ha sido capaz de transmitírnosla con entusiasmo", le alabó Seedorf.
Gran apasionado de los fogones, Allegri aún mantiene una pandilla de amigos toscanos de la infancia -entre ellos un interista- que van a verle a Milán a menudo. Hoy seguirán desde la tele su tercer partido de Champions.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.