Pentagrama callejero
Turismo inaugura una ruta musical guiada por el centro que dura dos horas
Mucho antes de que Joaquín Sabina escribiera Pacto entre caballeros (esa en la que tres atracadores le reconocen y se lo llevan de fiesta a cambio de que les escriba una canción), a Federico Chueca le robaron la cartera en un tranvía. En el Madrid decimonónico el maestro era tan famoso que salió en los periódicos. Unos días después recibió una carta firmada por El Rata 1º, El Rata 2º y El Rata 3º, con el visto bueno de La Chata y La Pelos. "El gremio", explica la misiva (conservada en la Biblioteca Nacional) decidió devolver la cartera con todo el dinero más cinco duros "como prueba de respeto y admiración al guripa de más pupila y más salero de España". "Dios le conserve la salud para que se ocupe pronto de nosotros en el escenario", se despedían los ladrones, a los que el zarzuelista había retratado con tanta gracia en La Gran Vía.
El guía relata con chulería castiza anécdotas zarzueleras
La carta la lee, con acento castizo, Federico García, guía de la visita Madrid, Musa de Compositores, uno de los estrenos de la temporada del Patronato de Turismo (www.esmadrid.com). El guía, que propuso esta visita, es estudiante de canto y lo demuestra entonando la célebre Jota de los ratas frente a la casa de la plaza de la Villa en la que vivió Chueca: "En los tranvías y ripperts, y en donde se halla ocasión, damos funciones gratuitas de prestidigitación".
Durante unas dos horas la ruta recorre el centro descubriendo anécdotas musicales. Frente al Palacio Real se descubre que Isabel de Farnesio hizo traer a la Corte al castrato Farinelli para que animase a Felipe V, "que sufría lo que ahora se llama trastorno bipolar", según García. A Carlos III le divertía más el fastidioso Caffarelli, "la primera prima donna; un divo total". También fue favorito en palacio el genio del violonchelo Boccherini (tiene un busto en la cercana cuesta de la Vega). "Su obra más famosa fue el minueto... la música que sonaba en los anuncios de la miel de la Granja San Francisco", dice Federico, que procede a ponerla en su teléfono móvil para regocijo de los turistas. Refugiado en el silencio de los jardines de Sabatini, el guía vuelve a cantar, esta vez la zarzuela más famosa de Barbieri, El barberillo de Lavapiés, que le dice a su Paloma del alma: "Dicen que Sabatini pone faroles porque no ve los rayos de tus dos soles". Los turistas aplauden la improvisada interpretación.
De placa en placa -tienen una las casas en las que vivieron Verdi, Ricardo Villa, fundador de la Banda Municipal, Ruperto Chapí o Tomás Bretón-, el guía relata con chulería castiza anécdotas zarzueleras: Chapí fundó la SGAE para decirle "¡Que te peines!" al editor Florencio Fiscowich, que hasta entonces monopolizaba los derechos de los autores. Frente al monumento de Gayarre en la plaza de Oriente, García recuerda la "sublime" noche del 23 de diciembre de 1880 en la que el roncalés compartió el escenario del Teatro Real con Adela Patti. "La diva consagrada consideraba al joven tenor un niñato y hubo pique: el público acabó llorando, jamás se vio nada igual".
De vuelta a la oficina de Turismo, el guía melómano se despide afirmando que la música "es dar color al aire" y la frase flota en el ruido confuso de la plaza Mayor.
Del Maestro Victoria a AC/DC
Desde 1979, en la calle dedicada al Maestro Victoria solo suenan los villancicos de Cortilandia. El compositor renacentista murió en la casa de los capellanes anexa a las Descalzas Reales (hoy, Casa del Libro) y es uno de los músicos más antiguos del callejero madrileño. "Nunca son grandes avenidas, es un poco decepcionante ver cómo músicos de categoría tienen a su nombre calles de segunda", opina Manuel Alonso del Hoyo, autor de Calles de Madrid dedicadas a compositores. Durante cinco años, este banquero jubilado recorrió primero el callejero de la A a la Z y luego la ciudad en busca de placas azules con trasfondo musical. Mozart, Ravel, Chueca, Arrieta, Albéniz, Scarlatti... Entre las 6.000 calles de Madrid capital encontró solo 40 dedicadas a compositores (admite que se le escaparon tres).
Si uno abarca toda la Comunidad e incluye músicos y cantantes, hay alguna más. Y hasta heavies: a principios de 2000, el Ayuntamiento de Leganés decidió darse publicidad bautizando las calles junto a La Cubierta en honor a los Scorpions, Rosendo o los AC/DC (la municipalidad puso a la venta copias de la placa de estos últimos tras ser robada en varias ocasiones). Sin embargo, el primer alcalde yeyé fue Tierno Galván, que en 1981 inauguró el paseo John Lennon en el parque de Roma un año después de la muerte del ex Beatle. Este verano, el Ayuntamiento anunció otro homenaje póstumo: Enrique Urquijo tendrá una vía en Vicálvaro.
Joan Manuel Serrat tiene una plaza (en Leganés, al ladito de los AC/DC), Rocío Durcal una glorieta (en Francos Rodríguez) y Lola Flores se conforma con una calle (en Coslada). En el centro hay otra de nombre Antonio Flores, pero no es en honor del rockero, sino por un autor costumbrista del XIX.
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