La odisea del profesor interino
7.000 docentes sin puesto fijo no trabajarán este año y otros muchos lo harán a media jornada - La enseñanza privada y las academias tampoco les da refugio
En el instituto madrileño de Yamila ya no hay aula de enlace para los niños extranjeros recién llegados. Isabel recibe media hora de clase menos que el año pasado en la Escuela de Idiomas de Gijón. En la clase de Manuel de la ESO ya no desdoblan (dividen en dos) el grupo para inglés. Y Miguel no puede estudiar la modalidad de Bachillerato que quería porque ya no existe en su pueblo. Los cuatro alumnos son damnificados por los recortes en la enseñanza pública que ha traído consigo la crisis.
Pero los hay también en el otro bando. Algunos de los profesores interinos -y, por tanto, sin plaza fija- que les impartían clase viven hoy pendientes de las suplencias. Mientras el Ministerio de Educación cifra en 140.000 el aumento de alumnado en las enseñanzas no universitarias en el curso 2010-2011, los sindicatos estiman que trabajarán unos 7.000 interinos menos y un número incalculable lo hará a media jornada.
Menos maestros para inmigrantes, de apoyo o de desdobles en asignaturas
Una profesora ha sufrido tal merma de sueldo que piensa vender batidoras
Es el caso de Ana (nombre falso), que el año pasado organizó en su instituto un programa para los 26 alumnos de diversificación. Muchos acabaron el año lectivo, algo poco habitual. Pero este curso los niños no disfrutan de esa inmersión y Ana tan solo trabaja tres días a la semana y en otro centro. "Somos un número. A los políticos no les importa la educación, que es primordial", se lamenta esta interina desde hace cuatro años pero con una década en la enseñanza. Ana, de 45 años con dos niñas y una pareja con hijos a su cargo, gana hoy 1.000 euros. Se ha quitado todos los gastos "superfluos", en ocio o en ropa, pero no quiere que afecte a su descendencia. Busca un complemento, el más factible es vender Thermomix, aunque está abierta a otras ofertas.
"Los recortes en personal se están produciendo en toda España y con independencia del color político", remarca Carmen Guaita, vicepresidenta nacional del sindicato Anpe. Y se agarra a las cifras que ellos barajan: en Asturias (PSOE-IU), 400 profesores menos; en Baleares (seis partidos encabezados por el PSOE), 400 y, sobre todo, Valencia y Madrid (PP), con 1.200 y 2.500 docentes respectivamente. En País Vasco, Andalucía, Navarra, Aragón, La Rioja, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura a los sindicatos solo les consta masificación de las aulas en algunos casos.
Juan, profesor de tecnología, está desesperado. Este año apenas trabaja a media jornada. No da clase en Secundaria, sino en FP, por lo que cobra menos: no llega a los 800 euros. Su mujer ni trabaja ni cobra paro, así que por el momento tiran de ahorros. "El año que viene tendré que buscarme otra cosa. Muchos puestos a tiempo completo los han dividido en dos para no engordar las listas del paro", sostiene.
En ese buscarse otra cosa está Marta, madrileña de 28 años. Calcula que hasta marzo no la van a llamar y tiene muchos gastos fijos. Busca trabajo en la enseñanza privada pero sin contactos es difícil, en las academias le dan largas -"mediado el curso vuelve a pasarte", le dicen- así que el remedio quizá esté en reciclarse.
Antonio Redero, secretario de Enseñanza Pública de FETE-UGT, sostiene que existen tres causas para este declive de plantilla. "En primer lugar han desaparecido muchos ciclos formativos de FP o han dejado de estar las clases desdobladas en algunas asignaturas. En Valencia pondremos una demanda por lo penal si un alumno sufre un accidente con maquinaria o con productos tóxicos en clases de 25-30 alumnos, el doble que antes". Además, prosigue Redero, "en muchas comunidades los profesores no imparten ya 18, sino 20 horas y a más niños. Eso significa que de 10 profesores se ahorran uno. Y luego está la desaparición de programas de apoyo en Secundaria, de acompañamiento a alumnos con necesidades especiales o las aulas de enlace para inmigrantes".
Mely de la Cruz, profesora de francés de la Escuela de Idiomas y presidenta de la Coordinadora Madrileña de Profesores Interinos, se declara "antiexamen". Nunca imaginó que tras casi dos décadas de semifuncionariado se encontraría impartiendo la mitad de horas lectivas. Su coordinadora demanda para los temporales el cobro de trienios, licencias de estudios o pago de complementos, peticiones que suenan imposibles en medio de tanta rebaja. "Somos pocos los que nos movemos y los sindicatos solo se acuerdan de nosotros cuando hay elecciones", se queja.
"Con las próximas oposiciones se acaba el decreto de la LOE que primaba los méritos de los docentes con mucha experiencia para convertirse en funcionarios, y como va a haber pocas plazas nos tememos que mucha gente se va a quedar fuera", subraya Elena Santiago, de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras. "Nos gustaría que hubiese una convocatoria escoba".
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