Bernanke prepara más medidas para impulsar la economía de EE UU
El presidente de la Reserva Federal cree que con la inflación actual los tipos, entre el 0-0,25%, están "demasiado altos" y hay margen para "medidas adicionales"
¿Pueden los tipos al 0% ser demasiado altos? Sí, en opinión de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos y experto en la Gran Depresión. Según Bernanke, con las actuales tasas de inflación, "demasiado bajas", la imposibilidad de bajar los tipos por debajo de cero se convierte en un corsé demasiado rígido: "Los tipos de interés reales son demasiado altos, dado el estado de la economía y el riesgo de deflación es mayor que el deseable", dijo ayer. Con los tipos entre el 0% y el 0,25%, la única salida es tomar medidas no convencionales, en las que ya trabaja la Fed.
Bernanke prepara así el terreno para la que podría ser una pronta acción con la que estimular la economía. El presidente de la Reserva Federal presentó, con las debidas cautelas, los argumentos que justificarían retomar la compra de deuda, que es una forma de dar a la máquina de fabricar dinero, de inyectar liquidez en la economía. Y lo hizo con los tambores de guerra sonando cada vez más fuerte en el mercado de divisas, a tres días de que los gobernadores de los bancos centrales se reúnan en Shanghái convocados por el FMI.
Los bancos centrales se reúnen en China el lunes en plena guerra de divisas
Bernanke, en un evento organizado por la Reserva Federal de Boston, explicó que la baja tasa de inflación y el elevado desempleo (9,6%) son motivos suficientes para que se den pasos adicionales desde la Fed con los que impulsar la economía. Para ello, podría retomar la compra de bonos, por un valor que los analistas estiman rondaría los 100.000 millones de dólares pero que podría alcanzar el medio billón.
El presidente de la Fed básicamente no hizo nada por disuadir la idea que ronda desde el verano en el mercado de que el banco central debe hacer más para evitar una recaída en la recesión. Pero no precisó ni cuándo se hará, ni los plazos que maneja, ni la agresividad con la que va a actuar. Simplemente indicó que están diseñando un plan que permita resucitar la inflación de los niveles actuales, que considera demasiado bajos, hasta el entorno del 2%.
El indicador de septiembre puso cifras a esa preocupación por la deflación. Los precios subieron una décima, hasta una tasa anual del 1,1%. La subyacente, el indicador preferido de la Fed porque excluye elementos volátiles como energía y alimentos, está en el 0,8%, la más baja desde 1961. Con esa inflación tan baja es con la que "los tipos reales son demasiado altos". Con una inflación del 4%, por ejemplo, unos tipos nominales del 0% serían negativos en cuatro puntos y darían mayor impulso a la economía. Con una inflación del 1%, no hay ese margen, así que toca adoptar medidas no convencionales.
Su segundo argumento para justificar la acción adicional está vinculado al paro. El crecimiento, explicó, será modesto este año y el próximo. Y el ritmo no solo es más bajo de lo deseable, sino que no es capaz de incentivar la creación de empleo a un ritmo suficiente para que baje el paro. Eso afectará el consumo, del que dependen dos tercios del producto interior bruto.
Y al hablar de la actitud del consumidor, hizo mención al efecto que tendrá el desplome en el mercado inmobiliario. La situación, dijo, es deprimente a pesar de que la vivienda es más asequible y de que los tipos hipotecarios están históricamente bajos. "Los desahucios y los inmuebles vacíos continúan siendo un importante lastre para los precios y la inversión", remachó. Sus comentarios llegan en plena polémica sobre las prácticas seguidas por la banca al ejecutar los embargos de viviendas morosas.
Durante la recesión, la Fed ha movilizado 1,7 billones a la compra de activos de deuda. Ben Bernanke, sin embargo, fue cauto y destacó que esta vía de acción no convencional tiene "costes y limitaciones" que deben ser tenidas en cuenta al "juzgar" la agresividad de la acción, si es que al final se ejecuta. A pesar de su cautela, dijo que la Fed está lista para afrontar los riesgos.
Con el mensaje de la Fed cada vez más claro, Wall Street empieza a hacer cálculos. En el acta de la reunión de finales del mes pasado, buena parte de los miembros se mostraron a favor de actuar "pronto". Se especula con que la acción adicional llegará el 3 de noviembre, justo un día después de las elecciones legislativas. La perspectiva de más estímulos pesa en el dólar.
EE UU está siguiendo una vía diferente al resto en el nuevo ciclo. Y en plena guerra de divisas, las palabras de Bernanke no hacen más que contribuir a la debilidad del dólar, que otros países tratan de compensar con diversas formas de devaluación. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Central chino convocan el lunes a los gobernadores de los bancos centrales a una conferencia para analizar las políticas adoptadas para hacer frente a la crisis, durante la que podría salir a colación el choque de divisas.
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