Enrique Morente
La caja donde guardaba las cintas el maestro debía de tener más fondo del imaginado. Si hace apenas meses nos presentaba un disco con grabaciones en directo, ahora nos ofrece un segundo con más inéditos en vivo e incluso anteriores en su fecha de registro. Exactamente, las de ahora cubren los años que van de 1984 a 1994, un decenio que se sabe -y se demuestra en esos registros- como de plenitud cantaora del artista y anterior a la experimentación que nos brindaría pocos años después. Como la selección está bien hecha y los sonidos más que conseguidos, es, pues, tiempo de detenerse, cada uno según sus preferencias, en la escucha de esas joyas morentianas que son debidas a ese gusto suyo por el conocimiento de las cosas viejas de los maestros. La tanda de cabales que abre el disco -con el privilegiado acompañamiento de guitarra de Manolo Sanlúcar y unos pies primorosos puestos por el llorado Mario Maya (Jardines del Generalife, 1994)- es sin duda una de las joyas. Podría seguir la caña dedicada a Rafael Romero en su centenario (Guadalajara, 1989), que resulta tan inusual como las rondeñas con jabera (Madrid, 1989) que suenan de forma acariciadora. Pero habrá quien se quede con los tientos de El poema del tiempo de Lorca, (sí, aquel de "el sueño va sobre el tiempo..."), dichos con templanza y contención, y porque los versos nos llevan adonde todos sabemos. O con las dos espléndidas y distintas tandas de soleares, las malagueñas, los martinetes o la toná. Siempre según los gustos y con acompañamientos de Pepe Habichuela, Paco Cortés, Montoyita y un Rafael Riqueni que Morente rescata de nuevo para revisar sus Nanas de la cebolla en el centenario de Miguel Hernández. Es uno de los dos cortes que no proceden de viejas cintas. El otro es una fiesta por bulerías grabada con toda su gente de ahora.
Enrique Morente
Morente+Flamenco
Universal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.