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Reportaje:ÁNGEL NIETO y ÁLEX CRIVILLÉ | Dos campeones de las dos ruedas | MUNDIAL DE MOTOCICLISMO | Gran Premio de Malaisia

"Lorenzo sabe jugar en el filo"

Nadia Tronchoni

Uno es el piloto español más laureado de la historia. Algo supersticioso. Por eso dice que ganó "12+1" campeonatos. Lo hizo en las cilindradas pequeñas entre 1969 y 1984. Y aunque hace tiempo que se bajó de la moto, sigue pateándose los circuitos de medio mundo. Se llama Ángel Nieto. El otro es el único español que ha sido capaz hasta ahora de ganar el título de la categoría reina del motociclismo. Lo hizo con una Honda de 500cc y dos tiempos en 1999, se llama Álex Crivillé y se prepara para ver cómo en Malaisia intenta coronarse su sucesor: Jorge Lorenzo, que busca hacerlo con una Yamaha de 800cc y cuatro tiempos. Al mallorquín le vale con cruzar la meta entre los nueve primeros para convertirse en el nuevo campeón de MotoGP. Será mañana en Sepang (10.00, TVE 1), el mismo circuito en el que en 2007 se adjudicó su segundo título de 250cc.

Nieto: "Ahora Jorge piensa mucho más sobre la moto. Y lo hace todo muy fácil"
Crivillé: "Ha sido el único que no ha fallado nunca. Nadie ha podido con él"
Nieto: "Yo siempre, haga lo que haga, aplaudiré a Rossi. Le veré siempre bien"
Crivillé: "Valentino ha pegado a la gente a los televisores y la ha metido en el circuito"
Nieto: "Cuando dije en mi casa que quería correr en moto, me dijeron: '¿Eso qué es?"
Crivillé: "¡Ahora con 15 años ya están en el Mundial!... Hay un sinfín de circuitos"
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Pregunta. Jorge Lorenzo está a un paso de proclamarse campeón de MotoGP. ¿Cómo lo han visto?

Nieto. Prácticamente no se ha bajado del podio. La temporada que lleva es magnífica. Además, ahora piensa mucho más encima de la moto. Y lo hace todo muy fácil.

Crivillé. Jorge empezó la temporada siendo el mejor: firmó un inicio fulgurante y luego supo ser regular. Ha sido el único piloto que no ha fallado en ninguna carrera. Dani [Pedrosa] se mostró muy fuerte semanas antes de la caída en Motegi, pero para mí Lorenzo ya había dado un paso de gigante. Nadie ha podido con él.

P. ¿Cómo ha cambiado?

N. Ha mejorado mentalmente. Aparte del talento que tiene para ir en moto, ahora sabe mejor dónde está su límite y eso es muy importante para un piloto, saber jugar en ese filo en el que sabes que la moto ya no da más, ahí donde entran los riesgos de una caída.

C. Además, creo que a Jorge le ha motivado mucho estos años tener como compañero de equipo a Valentino Rossi. Ha luchado contra el mejor.

P. Esta última semana no se ha hablado más que del duelo en Motegi entre ambos. ¿Hizo bien aceptando el reto de Rossi?

C. Yo creo que lo hizo bien. ¡Y nosotros encantados! La carrera estaba rota, se había hecho aburrida... Y fueron dos últimas vueltas de infarto. Dieron un gran espectáculo a los aficionados.

N. Cuando uno va en la moto se olvida un poco del Mundial, sobre todo pilotos como Lorenzo y Valentino. Y tenía mucho más que perder Lorenzo. Pero se notó que hay una rivalidad deportiva y que en la pista los dos quieren dar el máximo. No creo que se equivocara. Demostró que es un piloto valiente, que le pone narices. Y de calculadora nada. Lo bonito fue el espectáculo. Y hay que agradecérselo a ambos.

C. Ahora bien, si yo me pongo en la piel de Lorenzo, posiblemente no hubiese entrado al trapo; me hubiese conformado con sacar unos puntos. Hay momentos en que no se puede buscar ganar a toda costa. Además, tienes que tener en cuenta con quién te estás jugando los cuartos. Y conociendo a Rossi... Ese tipo de maniobras las ha hecho un montón de veces. Es su punto fuerte: las frenadas, y el tirar una línea recta de la frenada al ápice de la curva; si tú estás allí, te saca de la trazada.

P. Lorenzo y Pedrosa; Elías y Simón; Márquez, Terol, Espargaró... ¿Qué está haciendo España para exhibir semejante abanico de pilotos ganadores?

N. En España ha habido confianza en este deporte: los patrocinadores y las instituciones que tenían que apoyarlo económicamente han creído en él; hay una televisión volcada con las motos y una prensa que hoy escribe bastante bien de motos; ya se habla y se discute de motociclismo como se discute de fútbol. Todo esto ha hecho que tengamos una cantera de chavales de 15 o 16 años que vienen detrás de los fenómenos que vemos ahora. Cuando yo dije en mi casa que quería correr en moto, me dijeron "¿Y eso qué es?". Tenía 15 años y me fui a trabajar y a vivir a Barcelona. Ahora no tiene nada que ver.

C. ¡Ahora con 15 años ya están en el Mundial! Yo con 17 estaba ya también haciendo pruebas del Europeo, del Mundial... Pero tampoco tenía claro con 12 años qué quería hacer con mi vida.

N. Ahora, los padres a los que les gusta empujan a sus hijos. En mi época, mi padre era camionero y no se preocupaba de esas cosas.

C. Mi padre no quería que fuese piloto. Solo que estudiase. Y como a mí esto de los estudios me costaba un poco, fue mi hermano quien me empujó a probar motos en los circuitos. Yo jugaba al fútbol. Y lo hacía mal. Jugaba al tenis: regular. Probaba con el atletismo: regular. Luego cogí una moto en un circuito y me resultaba fácil, sin entrenarme demasiado.

N. ¡Y campeón del mundo de 500cc!

Todos ríen. También Pablo y Gelete, los hijos de Nieto, que han llegado ya comenzada la entrevista y contemplan la escena en un segundo plano.

C. Antes no había de nada. Y ahora tienen un sinfín de campeonatos y circuitos. Antes solo había Calafat, Jerez...

N. Y Jarama. No había más.

C. Ahora en España hay 20 circuitos o más. Además de campeonatos como el del Mediterráneo o el CEV [Campeonato de España de Velocidad].

P. ¿Cómo han cambiado las relaciones personales en los circuitos?

N. Han cambiado muchísimo. Es todo mucho más cerrado. Cada uno está a su trabajo. Se acaba una carrera y desaparece todo el mundo. Antes no ocurría eso.

C. Antes, cuando acababa el entrenamiento, salías al pit lane y veías a los pilotos comentando la jugada; eran rivales, pero más amiguetes. Todo ha cambiado. Ahora tenemos unas infraestructuras magníficas, los camiones...

N. Antes nos comíamos un bocadillo en el coche y ahora te pueden dar una ensalada con atún o unos filetes de ternera.

P. ¿Cómo ven a Rossi?

N. Yo le veré siempre bien. Haga lo que haga, yo siempre aplaudiré lo que haga Rossi. Valentino tuvo una caída importante, vio que el Mundial lo tenía imposible y, lógicamente, puesto que se va a Ducati, cambió la historia. Pero todos los que estamos aquí dentro, hasta los que le quieren ganar, tenemos que estarle agradecidos. Valentino ha hecho que esto sea muy grande. Ha sabido aprovechar una coyuntura a nivel internacional para que hoy el motociclismo sea la pera allá donde vamos.

C. Valentino ha pegado a la gente a los televisores y la ha metido en el circuito. Pero empieza a ser veterano [31 años], ha ganado muchos títulos, se ha hecho daño este año, se ha encontrado con dos pilotos de fábrica, jóvenes y que van muy rápido, y le está costando un poco más.

P. ¿Aquel duelo entre Crivillé y Doohan tiene similitud con el de Lorenzo y Rossi?

N. Es algo parecido, sí. No existía muro, pero ellos ponían cajas para separar los dos lados del taller.

C. Éramos dos pilotos de la misma fábrica, un cinco veces campeón del mundo y yo, que luchaba con él por el título. Conseguí emparejarme con él y empecé a incordiarle un poco. Además, él tuvo la mala suerte también de hacerse daño.

P. ¿Qué piques recuerdan?

C. Yo me he cortado mucho de picarme, sobre todo fuera de la pista. Él hacía mil y una cosas.

N. En Australia, yo los vi enfadados. Tuvieron que cerrar el box, porque se estaban mirando los dos fijamente con muy mala cara...

C. Aquello fue cuando estábamos ya cuerpo a cuerpo. Estábamos en su casa, yo dominé toda la carrera, y al final hubo un incidente: me colé en la frenada, le di un tortazo por detrás, le saqué de pista... ¡Y los dos al suelo! Invasión de pista: la gente que quería ir a por el Crivillé ese que había tirado a Mick Doohan. Fue un momento delicado. Antes de aquello éramos amigos. Yo he estado en su casa, me he entrenado en su gimnasio con él, nos íbamos con la Harley, en su yate... Una relación buenísima, que duró hasta que él me tuvo controlado. Al principio siempre estaba a siete décimas de él, pero cuando me acerqué a medio segundo la relación se enfrió y el tío ya ni me saludaba. ¡No me decía nada!

P. Ahora vuelven a ser amigos.

C. Suele pasar. Con el tiempo se olvidan estas cosas.

N. Él le tiene un respeto enorme a Doohan, y aquel al revés.

C. Sí, porque veía vídeos de cómo corría él, cómo derrapaba, cómo cerraba la dirección para entrar en las curvas... Yo alucinaba. Y pensaba que nunca sería capaz de pilotar como él. Le admiraba.

P. ¿Qué hace uno cuando se proclama campeón del mundo?

N. Dar un salto. Y luego te olvidas un poco de la moto y disfrutas de lo que has hecho durante todo ese año.

Pablo Nieto. Y tiras un sofá.

N. Sí, lo de tirar un sofá también. Cuando Álex se proclamó campeón del mundo, en Brasil, estábamos de fiesta celebrándolo, pregunté por él, porque no le encontraba y alguien me dijo que ya se había ido. Me fui a buscarle a la habitación del hotel, para que volviera a su fiesta. ¡No me lo podía creer! ¡Solo eran las doce de la noche!

C. Eran las doce de la noche, pero llevábamos celebrándolo desde las cuatro de la tarde y yo ya no podía más...

N. No tenía ningún sentido. ¡Era el campeón del mundo de 500cc! ... Y acabamos tirando el sofá de la habitación por la ventana de un noveno piso.

C. Tuve que pagarlo, claro. Aunque los del hotel se enrollaron y solo pagamos un precio simbólico. Era un sofá pequeño, ¡eh!

Álex Crivillé y Ángel Nieto, durante el diálogo con EL PAÍS, en una de las caravanas del Mundial.
Álex Crivillé y Ángel Nieto, durante el diálogo con EL PAÍS, en una de las caravanas del Mundial.JOSÉ JORDAN

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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