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EL RELEVO EN LA FISCALÍA SUPERIOR

Calparsoro potenciará la investigación de cuestiones de contenido social

Conde-Pumpido votó en el Consejo Fiscal a favor del candidato progresista

Juan Calparsoro fue designado ayer como nuevo fiscal superior del País Vasco, cargo en el que releva a María Ángeles Montes. Su condición de favorito se plasmó con la decisión del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, quien se decantó por el hasta ahora máximo representante del Ministerio Público en La Rioja en atención a su rango profesional y su carrera frente a los de su único oponente, el fiscal jefe de Álava, Josu Izaguirre.

El Consejo de Ministros deberá ratificar ahora el nombramiento. Su toma de posesión deberá aguardar hasta noviembre. Calparsoro adelantó ayer a EL PAÍS tras su nombramiento su intención de incidir en la investigación de cuestiones de marcado carácter social, como la violencia contra las muejeres, los delitos medioambientales, la siniestralidad laboral o la seguridad vial. También quiere potenciar el trabajo de la Ertzaintza como policía judicial.

Izaguirre obtuvo la mitad de los 12 votos en el órgano consultivo
"Ser fiscal en Euskadi es un reto", asegura Calparsoro tras su elección

Conde-Pumpido tiene la competencia exclusiva del nombramiento de los fiscales superiores. Su consulta preceptiva, pero no vinculante, a los 12 vocales del Consejo Fiscal evidenció la igualdad entre los dos candidatos. En esta ocasión hubo disciplina de voto y las dos grandes corrientes ideológicas respaldaron a sus respectivos aspirantes. Izaguirre obtuvo el apoyo de los seis representantes de la conservadora Asociación de Fiscales, pese a que inicialmente eran más partidarios de respaldar un tercer mandato de Montes, posibilidad a la que renunció ella misma tras conocer que sus opciones de reelección eran nulas.

Por Calparsoro se decantaron los tres vocales de la Unión Progresista de Fiscales y los otros tantos de carácter institucional: el propio fiscal general del Estado, el teniente fiscal del Tribunal Supremo y el fiscal jefe de la Inspección, según las fuentes informantes. En la elección final tomada por Conde-Pumpido ha pesado la experiencia de mando de Calparsoro en la fiscalía de un Tribunal Superior, frente al puesto de menor rango de Izaguirre, y que suma cinco años más en la carrera que su oponente, pese a que este contaba a su favor con su condición de euskaldun y su proyección informativa por sus invetsigaciones en distintos casos de corrupción política.

El nuevo responsable del Ministerio Público en el País Vasco, a cuyas órdenes trabajarán cerca de 80 fiscales, reconoció a este periódico su "ilusión y satisfacción" tras conocer el nombramiento. Acto seguido abogó por recuperar el reconocimiento social e institucional del que, a su entender, la labor de los fiscales carece ahora en Euskadi, debido a las "connotaciones políticas". "Tenemos que ser capaces de trasladar nuestro trabajo por la sociedad vasca", abundó.

Con el relevo en la Fiscalía Superior culmina la renovación de la cúpula de la Justicia en Euskadi, después de unos últimos años marcados por la polémica con el poder político. Calparsoro es el tercer representante de una asociación progresista que accede a uno de los ocho puestos más relevantes.

Juan Calparsoro, en un acto como fiscal superior de La Rioja.
Juan Calparsoro, en un acto como fiscal superior de La Rioja.NOTICIAS DE LA RIOJA

"La violencia es un problema añadido"

Hace un lustro, Juan Calparsoro ya se planteó optar al cargo de responsable de la fiscalía en el País Vasco, pero acababa de resultar elegido para igual puesto en La Rioja y no le pareció oportuno. Por eso ayer percibía su designación como "la culminación de un reto". Regresa a su "tierra", en la que ejerció durante 18 años, pero de la que se ha alejado "un poco" desde 2004, cuando se trasladó a Logroño.

Su vuelta a casa, para ocupar el escalafón más alto en el organigrama autonómico del Ministerio Público, supone un desafío para él. "Ser fiscal en Euskadi es un reto", aseguró ayer a EL PAÍS, afirmación que basa en un azote del terrorismo que, a su juicio, ha rodeado de connotaciones políticas una realidad vasca a la que no es ajena el espectro judicial. "Tenemos un problema añadido a los que hay en otras comunidades", destacó, en referencia a la "vergüenza" que supone tener que llevar escolta.

Calparsoro sabe que tiene un gran equipo de fiscales a sus espaldas. Las propias características del País Vasco han modelado una plantilla de "profesionales con un historial magnífico". El nuevo representante del Ministerio Público llega a Bilbao con el objetivo de aportar su "granito de arena", su "visión personal", a una fiscalía que tiene una trayectoria consolidada, gracias a la aportación de "gente que trabaja mucho". Con esos mimbres aspira a conseguir una mayor relevancia social e institucional a la labor realizada por el Ministerio Público.

Calparsoro pasa la página de seis años de trayectoria en La Rioja, donde no deja asuntos de gran relevancia pendientes. Reconcoe que ha sido una plaza más sencilla que la vasca, de la que además se lleva muy gratos recuerdos. Elogia una comunidad autónoma que define como "magnífica" gracias a su "sociedad cohesionada y su paz social", valores que no percibe en su nuevo destino.

Durante su estancia en Logroño, y pese a su perfil progresista, el ahora fiscal superior del País Vasco no se ha granjeado enemistades políticas entre el Gobierno regional del PP. Ta,bién es una prueba del talante con el que tratará de afrontar una etapa marcada ya por la distensión también en Euskadi, después de los relevos registrados al frente del Tribunal Superior y en el propio Ejecutivo autónomo.

Hasta su toma de posesión, cuya fecha tendrá que acordar con el fiscal general del Estado, Calparsoro tratará de tomar el pulso a la fiscalía vasca, ya que desconoce de primera mano la situación desde su traslado a Logroño. Acto seguido, fijará los retos concretos de su gestión, que girará en torno a los asuntos sociales, a los que ha dedicado buena parte de su trayectoria profesional y con los que se siente más identificado, dado su perfil progresista.

25 años de carrera

- Juan Calparsoro Damián nació en San Sebastián en 1960. Conocedor del euskera, aunque no bilingüe, es padre de cuatro hijos que estudian en una ikastola. Afiliado a la Unión Progresista de Fiscales, inició su carrera en 1986, por lo que se aproxima a las bodas de plata en la carrera.

- Pasó sus primeros años ligado a la Audiencia de Guipúzcoa, donde llegó a compartir despacho durante una década con Josu Izaguirre. Allí ejerció como teniente fiscal seis años.

- También seis años ha permanecido como máximo representante del Ministerio Público en La Rioja.

- En su historial destaca por su repercusión el fallido intento de reabrir la causa contra el automovilista que mató al niño Enaitz Iriondo.

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