¿Pelo o escama?
Como usuario de serpiente voy a romper una lanza a favor de tan vilipendiadas criaturas: más problemas me da el hámster. Claro que yo no tengo una pitón de roca africana capaz, como han documentado Bill Branch y Wulf Haacke en el Limpopo, de matar a un pastorcillo tswana (cuando consiguieron a pedradas que el bicho retirará los anillos del chico, este ya había sido aplastado y tenía la cabeza recubierta de saliva, así que probablemente iba a empezar a zampárselo: ¡Dios, qué asco!).
De hecho, mi reptil es una culebra de poco más de un metro y no me comerá nunca: a) porque no quepo por mucho que dilate ella y b) porque no me pongo a tiro, por si acaso. El hámster, en cambio, me ha mordido premeditada y conspicuamente, y ahora tenemos un problema con los vecinos porque su rueda hace un ruido de mil demonios y no me atrevo a engrasársela porque a ver quién mete ahí la mano, j... Roborowski. Además se le ha puesto un ojo enorme, que me hace pensar que debimos ponerle de nombre Martin Feldman, ¡ja!, y no Manolo. Y mis hijas me dicen que he de llevarlo al veterinario y yo digo que sí, hombre, y por qué no al oculista, y los tres (las dos niñas y el roedor) me miran raro. En cambio, la serpiente duerme, come y muda, a lo suyo, muy civilizada y sana, y si alguna vez se ha escapado -sí, cierto, ocurre, y es un trance como para vender entradas-, lo hemos resuelto con decencia y sin demasiados gritos (míos, de terror), así que todo queda en casa. La gente cree, no se por qué, que los mamíferos son mejores, pero no conocen las depresiones del perro de A. Fancelli, ni de lo que era capaz el chimpancé de Carlos Losada o la comadreja de mi cuñado (sic), o el vecino del tercero, ya que estamos. Déjenme advertirles que los tejones te clavan las garras en los genitales (lo he leído) y los mapaches, tan de moda, muerden peor que las boas. Así que ya saben, si el reptil es manejable, mejor que pelo, escama
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.