"Lorenzo tiene instinto asesino"

Lin Jarvis (28 de marzo de 1958, Londres) es mucho más que un alto directivo de Yamaha. Tiene buen ojo. Sabe vender y cuidar con mimo su producto. Fue el hombre que fichó a Jorge Lorenzo, en 2007, y el gran artífice de su última renovación: la escudería anunció ayer que el español amplía su contrato hasta 2012. Jarvis siempre estuvo al lado de Lorenzo, que, sin Dani Pedrosa en la pista, puede llegar a Malaisia la semana que viene como virtual campeón de MotoGP.

Pregunta. El único nombre propio que figura en las declaraciones de Lorenzo tras el anuncio de su renovación es el suyo.

Respuesta. Es agradable que me mencione, pero yo solo soy uno de entre un montón de gente. También nombra a Yamaha por haber creído en él y, al fin y al cabo, yo solo represento a todo el equipo. Siempre creí en su gran talento. Es muy joven y tiene mucha hambre. Nosotros le fichamos porque queríamos estar preparados para cuando llegara el día en que ya no estuviera Valentino Rossi. Porque nunca supimos cuándo se retiraría o cuándo decidiría cambiar las motos por los coches o marcharse a la F-1.

P. ¿Imaginó semejante eclosión tan pronto?

R. Habiendo visto su progresión, es lógico. Si alguna conclusión he sacado de Jorge, estos años, es que está siempre aprendiendo. Es una de sus grandes capacidades. Era lógico que este año diera un paso más al frente: es muy rápido y comete todavía menos errores. Claro que el campeonato se volvió algo extraño después de la caída de Rossi. Nosotros habíamos preparado este año para tener día a día un cara a cara entre Valentino y Jorge. Y todo cambió en Mugello. Allí nos preocupamos un poco por la reacción de Lorenzo. Pero desde entonces ha sido muy fuerte mentalmente.

P. ¿Ha superado sus expectativas?

R. Estoy realmente impresionado, aunque no sorprendido. Ha alcanzado el nivel al que pensé que llegaría, pero probablemente sí ha superado mis expectativas porque empezar la temporada con 13 carreras como las que ha hecho, con siete victorias y un cuarto puesto como peor resultado, es increíble en un Mundial con Rossi, Pedrosa y Stoner.

P. ¿Su título será recordado por los accidentes de Rossi y Pedrosa?

R. Lo bonito de este deporte es la competición, la lucha en igualdad de condiciones. Yo estoy decepcionado y seguro que Jorge también lo está por no poder ganar de manera diferente. Pero nunca sabes qué va a pasar durante la temporada. En cualquier momento, todo puede cambiar por completo. Lo vivimos en Mugello con Valentino, que cometió un error por la presión, porque no es fácil competir así cara a cara; ambos soportan mucha presión. Desafortunadamente, Vale se equivocó y se cayó. Pero eso, al igual que la caída de Pedrosa, no debería restar valor al rendimiento de Jorge porque él sigue mejorando, aun con toda esa presión. Nadie podrá negar que Lorenzo este año ha sido casi perfecto. Raramente ha cometido errores. Eso es un hecho. Él es el justo merecedor del título.

P. ¿Qué le llevó a fichar a Lorenzo?

R. Lorenzo tiene instinto asesino. Esa es la diferencia entre un campeón y uno del montón.

P. ¿Qué le pedía Lorenzo a Yamaha para renovar?

R. Por supuesto, una gran moto, pues él quiere seguir ganando. Quería asegurarse de que estaría con él todo el equipo de técnicos y mecánicos que ya le acompaña este año. Y un sueldo que pudiera reflejar su valía. Eran los tres elementos más importantes. Las últimas semanas no hemos tenido ni una sola duda. Tan solo hemos estado limando pequeños detalles. Nosotros estamos contentos con el contrato. Y creo que él también lo está.

P. ¿Está preparado para desarrollar la futura M1?

R. Está preparado para asumir el reto. Aunque no creo que inmediatamente pueda exhibir las mismas habilidades que Valentino, que es ocho años mayor, de modo que tiene ocho años más de experiencia, además de nueve campeonatos del mundo, siete de ellos en MotoGP. Pero es el momento de que Jorge dé el salto. Ha mejorado mucho en los últimos dos años. Va siempre rápido. Así que sabe qué es lo que marca la diferencia entre ser simplemente veloz o tener ese algo más.