Montilla compensa a los catalanistas del PSC al nombrar 'número dos' a Montserrat Tura
José Montilla culminó ayer una nueva pirueta para mantener el equilibrio entre las dos almas del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) al nombrar número dos de la lista electoral por Barcelona a una de las principales representantes del ala más catalanista del partido. Se trata de Montserrat Tura, consejera de Justicia del Gobierno catalán y una de las dirigentes del PSC que menos reparos ha tenido para mostrar, incluso en público, sus posiciones contrarias a cualquier tipo de sumisión hacia el PSOE. Tura, que comunicó ella misma la decisión de Montilla, reivindicó su derecho a discrepar en el futuro, y aseguró que con vistas a las elecciones catalanas del 28 de noviembre defenderá con el mismo ímpetu los proyectos "social" y "nacional" del PSC.
La elección de Tura para ocupar el significativo número dos llega después de meses de tensión entre el núcleo duro del PSC y los sectores más catalanistas, que reclaman firmeza ante el PSOE e incluso un grupo propio en el Congreso de los Diputados. Estas tensiones, con altibajos desde la marcha de Pasqual Maragall, se agudizaron especialmente durante la negociación de la financiación autonómica y tras el recorte del Estatuto catalán por parte del Tribunal Constitucional. Los rifirrafes culminaron con el portazo del que fuera número dos del PSC en las elecciones de 2006, el consejero de Economía, Antoni Castells. Este, muy distanciado de Montilla, renunció explícitamente a figurar en las listas y asegura estar "reflexionando" sobre el futuro del PSC en un momento en que todas las encuestas sitúan al partido en la oposición en la próxima legislatura. Montilla también se ha distanciado de los que fueran colaboradores de Pasqual Maragall y ha decidido no reeditar la coalición con la plataforma maragallista Ciutadans pel Canvi, que ahora tiene cinco diputados dentro del grupo del PSC.
Con todo, Tura rechazó ayer ser un guiño de Montilla al electorado más catalanista del PSC, que amenaza con pasarse a Convergència i Unió. Sí dijo que ha tenido "discrepancias" y "posiciones matizadamente diferentes" con la dirección del partido, pero aseguró que esto es normal en un proyecto como el PSC. Garantizó que Montilla le ha dado carta blanca para seguir siendo una suerte de verso suelto del partido. Hoy el PSC aprobará todas las listas para las elecciones del 28 de noviembre, y se sabrá con exactitud si el sector catalanista mantiene o no su peso.
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