Betanzos, a vueltas con la tortilla

La cocinera de una de las mejores tortillas de España asegura que su preparación no tiene secreto. Angelita Fernández, dueña de A Casilla (Castilla, 90; 981 77 01 61), en Betanzos, solo apunta dos trucos: "Cortar las patatas muy menuditas, como hojas de una flor, y batir poco los huevos, para que no se cuajen mucho". Porque la tortilla de Betanzos, favorita en todos los certámenes, se caracteriza por su punto de cocción. La exquisita materia prima (huevos de corral, patatas blancas Kennebec, aceite de oliva) y delicada técnica dan como resultado una patata que flota sobre una pista de yema poco hecha. Angelita aprendió la receta hace veinte años. Se la transmitieron los anteriores dueños del restaurante. Data de 1936. A la tortilla de patatas se le dedica todos los años una multitudinaria fiesta en Betanzos. Esta edición se celebra el 2 y 3 de octubre, pero no es el único atractivo de esta ciudad gallega de 15.000 habitantes a 23 kilómetros al este de A Coruña .

Un vistazo basta para entender por qué a las zonas históricas se las llama comúnmente "cascos". La empinadísima colina (outeiro en gallego) donde se levantan sus construcciones más viejas fue sin duda la mejor protección natural contra asaltantes. De origen celta, fue capital de provincia homónima hasta finales del siglo XIX. Las casas más antiguas conservan el esplendor pasado, elegantes ventanales de perfiles blancos si pertenecían a las familias burguesas o desnudos balcones si sus dueños eran campesinos.

Las cuestas del castro conducen a tres iglesias del siglo XIV: Santiago, Santa María de Azogue y San Francisco, uno de los mejores ejemplos de gótico rural gallego. En la cima de la corona, en la plaza de A Constitución, destaca por su gran tamaño la de Santiago. Enfrente, el elegante café Lanzós permite degustar los mejores vinos locales. La denominación Viño da Terra do Betanzos fue lograda en 2000, aunque los vinos más apreciados (el prestigioso godello de Valdeoras o el albariño de Rías Baixas) proceden de comarcas cercanas.

Un banco del siglo XVIII

Muy cerca de la iglesia, el Centro Internacional de la Estampa Contemporánea (Rúa de Castro, 2; www.fundacionciec.com) acoge a estudiantes de arte gráfico de todo el mundo. Los talleres se complementan con una exposición permanente de xilografía, serigrafía, litografía y grabado cartográfico. Cerca, la farmacia Doctor Couceiro (Prateiros, 80) es una de las más antiguas de Galicia . Como el edificio del Banco Etcheverría (Claudino Pita, 2), fundado en 1717. Si se buscan productos gastronómicos de calidad, ningún sitio mejor que Casa do Queixo (Roldán, 1). A los pies del castro, el antiguo matadero es hoy un centro restaurado para actividades culturales al que se accede cruzando un llamativo portón de herradura de aire mudéjar.

La ciudad no sería lo que es sin los hermanos García Naveira, dos betanceiros que a mediados del XIX acumularon fortuna en Argentina que reinvirtieron en obras en su pueblo natal. El gran lavadero público de las Cascas conserva la estructura de hierro forjado de 1901. También sus dos líneas de tablas de lavar (de piedra), en dos alturas para aprovechar el cauce del Mendo durante todo el año. Hoy, las lavanderas siguen usando sus tendales para secar la ropa. Además, los García Naveira quisieron divulgar los conocimientos adquiridos en sus viajes alrededor del mundo en una de las construcciones emblemáticas de la ciudad, O Pasatempo. Este autodenominado "parque enciclopédico" es un intrincado laberinto verde de grutas coronado por enormes esculturas que representan lugares y animales del mundo entero. Un león preside el nivel superior, pero en el sorprendente recorrido el visitante puede darse de bruces con réplicas de caballos, dromedarios, hipopótamos o seres mitológicos. O Pasatempo, que se adelanta medio siglo a las tendencias más kitsch, fue también levantado para fomentar entre los lugareños el conocimiento de nuevas técnicas constructivas con materiales reciclados, como botellas y conchas de la ría.

Los García Naveira dan nombre además a la plaza principal de Betanzos, a la entrada del casco junto a la iglesia de Santo Domingo, del siglo XVI. Aquí se celebran en agosto las fiestas de San Roque, cuyo hito es el lanzamiento de un gigantesco globo de papel -25 metros de alto, 50 de diámetro y 120 kilos, récord Guinness- la noche del 16 de agosto. El segundo fin de semana de julio, el casco antiguo recupera, con mercados callejeros, artistas ambulantes y representaciones teatrales, la ambientación de la época dorada en la popular Feira Franca Medieval.

Merece una visita el Museo das Mariñas, erigido sobre el claustro de un antiguo convento en la plaza de García Naviera. Curioso es poder ver juntos desde majestuosos sepulcros de piedra de caballeros medievales hasta el proyector cinematográfico más antiguo de Galicia (1920) y delicadas cajitas de la casa Lumière con imágenes de estrellas del cine mudo.

De noche, no hay que perderse el pub El Saco (Alcalde Beccaria, 10). Conserva una exigente colección de rock internacional de los setenta y ochenta que sigue pinchando en soporte de vinilo.

Almejas y berberechos

El arte gastronómico de Betanzos no se detiene en su monumental tortilla. Resultado de la actividad agricultora y ganadera libre de modos industriales, unido a la presencia de la ría, sus restaurantes ofrecen guisos deliciosos. Almejas y berberechos a la plancha, pulpo a feira, pez raya, carne asada, cocido, empanadas -que aquí se cuecen en hornos de leña y se decoran con medios huevos cocidos- y las famosas tartas de queso y de Santiago son algunas exquisiteces que ofrecen Os Caneiros (Castilla, 38), Paco (avenida de Jesús García Naveira, 6) y Pulpería Pirri (Valdoncel, 3). Tras los soportales cercanos a la plaza principal, la bodega-tasca O Picho Carolo (Soportales da Cañota, s/n) no debe pasarse por alto por su carta de vinos y atractiva ambientación. Lo mismo que las tabernas de fusión Adegas Lastras (plaza de Fernán Pérez de Andrade) o A Cova do Frade (San Francisco, 8).