"Los agentes huyen de aquí"

Con ni siquiera un 2% de los ingresos que genera el Madrid, el Levante sobrevive como puede. "Para el cuerpo técnico y jugadores destinamos menos de ocho millones de los 20 de presupuesto", explica Francisco Catalán, el presidente levantinista, el más joven de Primera con 34 años. Catalán cogió hace dos temporadas las riendas de un club en ruinas y al borde de la desaparición. El despilfarro durante la etapa de Pedro Villarroel abocó a la entidad a un concurso de acreedores que un juzgado valenciano dio anteayer por concluido.

Catalán se sentará hoy en el Ciutat de València junto a Florentino Pérez como el pobre lo hace frente al rico. "En los derechos televisivos, por ejemplo, la diferencia entre el Barça y el Madrid y los que cobran menos, el Hércules y nosotros, es de 11 a 1. El reparto debería ser más ecuánime, un 5 a 1", pide Catalán.

Algunos clubes de Segunda se quedan con los jugadores porque les pagan más

Sobre el césped, el equipo valenciano piensa en casi un imposible. "El fútbol siempre da una oportunidad. Es posible vencer al Madrid", se entusiasma el entrenador, Luis García, convencido de que no difiere mucho su trabajo del de Mourinho. "Se entrena de la misma manera, con las mismas ganas e ilusión", entiende este técnico que cumple su tercera temporada en el Levante. En la primera, con 25 jugadores nuevos, el conjunto azulgrana fue octavo en Segunda. La campaña anterior se logró el ascenso. "En esta podemos salvarnos. Tenemos que llegar al final de Liga con opciones. El Sporting dos años atrás no puntuó en las cinco primeras jornadas y al final le sobraron puntos. Y el Xerez a punto estuvo de resurgir la temporada pasada", defiende Luis García tras la primera victoria, ante el Almería.

La rémora del Levante es su enorme deuda, cercana a los 89 millones. "Mientras esté en Primera, el club tiene que destinar tres millones anuales para pagar a los acreedores ordinarios", interviene Vicente Andréu, uno de los tres administradores judiciales que han controlado las finanzas los dos últimos años. El desahogo de la entidad puede llegar a través del acuerdo firmado con el Ayuntamiento de Valencia a finales de mayo pasado, y ratificado ayer, para la recalificación de los terrenos del estadio Ciutat de València, una superficie de 24.700 metros cuadrados que se convertirá en una parcela de 65.000 edificables. El Ayuntamiento valenciano otra vez al quite, al igual que hizo con el Valencia y Mestalla. "En cuatro o cinco años, si se vende el estadio, el Levante solucionará sus problemas", estima Andréu.

Y así, con tales apuros, se construye un equipo de Primera. "Tenemos imaginación y somos conformistas. En pretemporada hemos tenido que completar la plantilla con jugadores del filial para poder incluso disputar los amistosos", explica Manolo Salvador, ex jugador del Levante y actualmente director deportivo. Suya es la responsabilidad de confeccionar un equipo a precio de saldo. En tres temporadas, el Levante ha fichado a coste cero a cerca de 40 futbolistas. "Los jugadores cobran una media de 300.000 euros", cuenta Quico Catalán. "En bruto", matiza Salvador. Una pierna de Cristiano cuesta más que toda la plantilla del Levante.

¿Cómo se persuade a un jugador para ir al Levante? "Hemos firmado a veteranos en el final de sus carreras [Venta, Sergio] y esperamos a los descartes de los equipos de Primera [Xavi Torres, Valdo]. A algunos les ilusiona estar en la máxima categoría y acceden a nuestra propuesta", argumenta el director deportivo. Pero no es sencillo. Javi Guerra, delantero centro granota en la pasada temporada, autor de 12 goles, se fue al Valladolid. "El Tenerife o el Valladolid se han llevado jugadores que pretendíamos. Las ofertas que recibían de Segunda eran el doble que las nuestras", asume Manolo Salvador. Los representantes ni se asoman por el Ciutat de València. "Huyen en cuanto les decimos lo que podemos ofrecer de ficha a los jugadores. Por descontado que no pagamos nada por traspasos", apunta Salvador. En plena Liga de las estrellas, economía de guerra.