División entre los expertos sobre el salmón transgénico
La aprobación del salmón transgénico para consumo humano en Estados Unidos, ya conocido como frankenfish, se daba prácticamente por hecha, pero el comité de expertos que tenía que emitir un informe sobre su seguridad se declaró ayer incapaz de llegar a una conclusión y de entregársela a la agencia federal alimentaria de EE UU (FDA) porque le faltan datos. El panel de expertos cree que todavía hay muchas preguntas por responder. ¿Es segura esa ingeniería genética para los peces? ¿Cómo de rápido crecen? ¿Qué implicaciones tendría para el medioambiente en caso de que, por ejemplo, los animales modificados escapasen y se mezclaran con otra fauna marina? ¿Es seguro ingerir un salmón transgénico? Verduras genéticamente modificadas como el maíz están en el mercado estadounidense desde hace años, pero aún no hay ningún animal trasgénico cuyo consumo esté autorizado.
La FDA tomará en cuenta las observaciones (no vinculantes) antes de tomar su decisión final en una fecha aún no especificada. La aprobación beneficiaría a Aqua Bounty, firma que pretende comercializar su salmón del Atlántico genéticamente modificado. Frankenfish contiene un gen de otras especies que hace que crezca el doble y el doble de rápido de lo normal (año y medio frente a tres).
Aqua Bounty y la FDA no consideran que represente amenaza alguna ni para el medioambiente ni para la salud del consumidor. Pero son varios los grupos de defensores de los consumidores y de la naturaleza que han protestado contra la iniciativa, incluso con una manifestación frente a la Casa Blanca la semana pasada.
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