La subasta eléctrica abre la posibilidad de que las tarifas suban en torno al 2%

Para subir el recibo de la luz cuentan muchos factores. Pero hay dos indispensables: que el Gobierno quiera y que los precios lo justifiquen. La subasta de energía CESUR celebrada ayer, la número 12, que sirve para fijar los precios del megavatio para la mayoría de los usuarios, se cerró con precios más elevados que en junio. El megavatio-hora subió en torno a 1,5 euros, hasta los 46 y 52 euros, según se tratara de periodos punta o valle. Con ese resultado, según las fuentes del sector eléctrico consultadas, el Gobierno podría aprobar incrementos del recibo de la luz de más o menos el 2% para el último trimestre sin forzar los argumentos. Desde el lado empresarial, hay quien defiende que la subida debería ser de hasta el 5%.

Las empresas consideran que la luz debería subir hasta un 5%

La subasta de energía supone la mitad del recibo. La otra mitad, la que fija el Gobierno, se denomina tarifas de acceso y en esta ocasión no se tocará. Ni al alza ni a la baja. Por ello, queda descartada la posibilidad -como se hizo en julio- de compensar las subidas de precios en el mercado energético con bajadas en los accesos. Para octubre, la parte que fija el Ejecutivo quedará congelada. Así lo aseguró ayer en el Senado el ministro de Industria, Miguel Sebastián. Este añadió que, por tanto, las tarifas subirán en octubre "exclusivamente lo que determine el mercado, la subasta".

Pero si las fórmulas matemáticas y las formalidades del mercado están cerradas, no lo está el cálculo político. Subir el recibo de la luz, según afirman las empresas y acepta el Ejecutivo, puede ser necesario dado el déficit que se reconoce al sector (17.624 millones pendientes de cobro). Pero no es popular. Tiene costes, y más si se convierte en arma para la oposición. Consecuencia: no está claro que el Gobierno decida subir la luz de forma importante en un momento de especial agitación social, con los sindicatos calentando motores para la huelga general y el PP dudando con altavoces de que pueda alcanzar algún pacto en materia de energía con el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

El hecho cierto, además, es que desde el punto de vista de la normativa, y a día de ayer, Industria no podría retocar las tarifas. El asunto es simple: el decreto que aprobó en julio para afinar los precios cuando fuera necesario pasó el filtro de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), pero está pendiente del visto bueno del Consejo de Estado.

Fuentes de Industria aseguraron ayer que confían en que la norma esté lista antes de fin de mes. Para ser utilizada... o no. Enero, al fin y al cabo, está a una docena de fines de semana.

Sobre la siempre polémica subida de la luz (subió el 2,64% en enero, con el añadido del aumento del IVA en julio) opinó el coordinador de Economía del PP, Cristóbal Montoro. Durante su intervención en un acto organizado por Cinco Días, Montoro puso en duda que se alcance un acuerdo entre el Gobierno y el primer partido de la oposición para un pacto energético y, aunque anunció que se seguirá reuniendo "las veces que sea necesario", lamentó que el Ejecutivo "no cambie sus premisas" y sus ideologías en materia energética, y dejó claro que su formación "no va a participar en un pacto que suponga una subida de la tarifa" por una decisión "unilateral" de la otra parte.

Desde el lado de los consumidores, la posible subida del recibo de la luz en los próximos días recibió un nuevo aluvión de críticas. La Asociación General de Consumidores (Asgeco Confederación) mostró su rechazo a la "previsible" subida de la Tarifa de Último Recurso (TUR) al considerar que el Gobierno aplica "aumentos injustificados" del precio de la electricidad. Por su parte, la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) afirmó que es "inaceptable" una nueva subida del recibo de la luz en octubre en la actual coyuntura económica. Para la CECU, la subida de la luz, muy por encima del IPC, afecta a la capacidad de compra de las familias.