El Zinemaldia, visto desde 'casa'
Cinco directores de cine guipuzcoanos narran su relación con el certamen - Todos ellos destacan el trabajo como actor de Álex Angulo
Algunos de los directores de cine guipuzcoanos más representativos ofrecen una visión cercana de lo que supone el Zinemaldia, que han seguido como aficionados primero y como profesionales ahora, y de lo que ha supuesto para el desarrollo y el presente del cine vasco.
PABLO MALO "Se mantiene el nivel"
Pablo Malo (San Sebastián, 1965) asegura que aprovecha el festival para "trabajar haciendo entrevistas, manteniendo reuniones y, cuando puedo, viendo películas que normalmente no llegarán al cine". Entre ellas, destaca Pan negre, el filme con el que Agustí Villaronga opta a la Concha de Oro, más algunas que le vaya "chivando la gente".
El director de Frío sol de invierno cree que, pese a la crisis, "se ha mantenido el nivel con respecto a otros años; confío mucho en el comité de selección, que hace un gran trabajo". Aunque bromea diciendo que no podría contestar a la pregunta de qué es el cine vasco, confirma que asistirá a su gala, en la que se premiará al actor Álex Angulo. "Es un todoterreno del cine. Recuerdo especialmente El día de la bestia, que marcó un antes y un después, y me han dicho que en El gran Vázquez hace un papelón".
AIZPEA GOENAGA "La gala debe crecer"
La actual directora del Instituto Etxepare participa en el jurado de La Otra Mirada, así que, de entrada, verá 11 películas. "Veré Izarren Argia con muchas ganas, porque trabajan muchos amigos y gente que conozco", asegura Aizpea Goenaga (San Sebastián, 1959) al tiempo que ensalza la labor del Zinemaldia, porque "tiene mucho mérito haber mantenido un año como este la calidad".
La también actriz y guionista cree que la Gala del Cine Vasco del próximo miércoles "tiene que seguir creciendo, porque es un medidor de que el cine vasco va bien" y solo tiene palabras de elogio para Angulo. "Además de gran actor, es muy trabajador y una persona a la que adoro".
JOSÉ MARI GOENAGA "Es un privilegio"
"Es un gran privilegio vivir en San Sebastián y poder aprovechar para ir al festival", reconoce José Mari Goenaga (Ordizia, 1976), quien el próximo viernes presenta en un foro de coproducción un proyecto documental. Y en Zinemira se ha programado 80 egunean, el filme que codirigió con Jon Garaño.
Goenaga recalca que, si tiene tiempo libre, puede llegar a ver cuatro películas cada día del certamen. "Lo que más me gusta del Zinemaldi es la Sección Oficial y Zabaltegi, aunque es una pena que no aproveche más las retrospectivas". Le atrae la surcoreana Akma-reul Bo-at-da, aunque "debe tener muchas escenas de extrema violencia". Igualmente, destaca El gran Vázquez y Bicicleta, cullera, poma, el documental sobre Pasqual Maragall estrenado ayer.
El director acudirá a la Gala del Cine Vasco y cree que Álex Angulo es un "excelente actor con una trayectoria muy larga".
BORJA COBEAGA "Angulo es un actorazo"
Borja Cobeaga (San Sebastián, 1977) presentó el año pasado en el certamen su primer largo, Pagafantas, en la presente edición su corto Un novio de mierda se podrá ver en Zinemira. "Tengo pensado, aparte de ver cortos y algunas películas, reunirme con mis amigos", explica.
Aunque reconoce que el trabajo -el próximo mes de diciembre presenta su nuevo largometraje, No controles- no le permitirá asistir a la Gala del Cine Vasco, destaca que "Álex Angulo es un actorazo, de lo mejor que tenemos". Y rememora con humor: "He trabajado una vez con él y es lo peor que he hecho como director, un corto del que algún día quiero redimirme".
JON GARAÑO "Veo cuatro al día"
La relación de Jon Garaño (San Sebastián, 1974) con el Zinemaldia se remonta dos décadas. Empezó como jurado juvenil con 16 años, y siguió durante cinco ediciones. Con el pase de una productora ve todos los filmes que puede, "por lo menos, cuatro al día, dos por la mañana y dos por la tarde".
Este año, en que se proyecta en Zinemira su 80 egunean, aprovechará también para tratar de mover esta película en otros mercados. "Es el Industry Club que tanto trabajo requiere", sonríe.
La película que más le atrae en esta edición es Aita, de José María de Orbe, otra aspirante a la Concha de Oro. "La casa de Astigarraga en la que está rodada es muy especial para mí; además, conocí al actor".
No sabe si podrá asistir a la Gala del Cine Vasco porque le coincide con la proyección de la película, aunque "si hay luego fiesta", irá. Y concluye destacando que Álex Angulo "es uno de los grandes del cine vasco. El que va a recibir es un premio más que merecido".
Más información en páginas 31 y 32
Una atracción más para los turistas
Los alrededores del Kursaal, del Teatro Victoria Eugenia y del hotel María Cristina, reciben cada día del Zinemaldia el trasiego de centenares de turistas que aprovechan sus vacaciones para ver películas y para recorrer todos los rincones de la capital guipuzcoana.
A la salida de una de las proyecciones del Kursaal, dos amigas inglesas destacaban la belleza de los crubos acristalados. "Es fantástico poder salir de ver una película y encontrarte esto, el mar rompiendo contra las rocas y la espuma que casi llega hasta la sala", comentaba efusivamente Hannah. Su amiga Rebecca añadía: "Nos encanta pasear por todas partes, pero tenemos especiales ganas de ver a Javier Bardem".
Ambas elogian también la posibilidad de desplazarse de un lado a otro de San Sebastián en bicicleta, lo que consideran "muy saludable y limpio para una ciudad que quiere ser candidata a capital cultural europea en 2016".
El Festival de Cine ha logrado fascinar por la ciudad en que se desarrolla a muchos actores y directores, que han visto en la capital guipuzcoana la postal perfecta en la que ubicar sus estrenos.
Marco, un italiano que compró un bono para ver "por lo menos" 10 películas, aseguraba: "He venido desde Cagliari yo solo a pasar unos días haciendo lo que más me gusta y puedo jurar que ningún día me he sentido solo. Siempre he tenido cosas que hacer".
Recuerda con gratitud un momento que define como uno de los mejores de su vida. El pasado viernes, fecha de la inauguración del Zinemaldia, subió hasta el monte Ulía y desde uno de los miradores vio cómo "en un día gris" el Kursaal se alzaba ante la desembocadira del río Urumea repleto de carteles, ofreciendo una imagen "incomparable".
Otro aspecto que destacan los turistas que visitan estos días San Sebastián es la calidad de las películas, que, como resumía una pareja madrileña a la salida de una de las proyecciones, "no ha descendido nada por la crisis". Ambos apuntan: "No es la primera vez que venimos al festival. Llevamos haciéndolo unos cinco años y si algo nos gusta es que cada año volvemos más contentos con las películas que vemos". Pese a todo, concluyen diciendo que "es muy difícil contentar a todo el mundo"
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