Explosión microbiana por el vertido
Los gases emitidos en la fuga de petróleo en el golfo de México multiplican la población de bacterias, lo que disminuye el nivel de oxígeno del agua
Junto al enorme vertido de petróleo provocado por la explosión de la plataforma Deepwater Horizon el 22 de abril, se liberaron también gases naturales que, aunque no tengan la visibilidad obvia del crudo, han alterado igualmente el entorno marino en la zona. En uno de los primeros estudios científicos conocidos sobre los efectos del accidente, que publica hoy Science, un equipo de la Universidad de California en Santa Bárbara ha estado tomando muestras de las aguas alrededor de la plataforma en junio y ahora. Tras los análisis, explican que el propano y el etano que salió tras el accidente y que, en parte, quedaron atrapado a altas presiones en el fondo del mar, dispararon la proliferación de bacterias que metabolizan hidrocarburos, y esas poblaciones se han ido extendiendo.
"El vertido del golfo tras el hundimiento de la plataforma no tiene precedentes porque se produjo a una profundidad de 1,5 kilómetros", valoran los investigadores. Su análisis se ha centrado no en el petróleo directamente, sino en "la distribución y evolución de otros hidrocarburos, como los gases naturales, que son también importantes para determinar el impacto del vertido y que no se conocen bien". David Valentine y sus colegas estuvieron tomando muestras alrededor de la Deepwater Horizon destruida (hasta un radio de 12,5 kilómetros), en 31 puntos de sondeo.
Así, han identificado cuatro lenguas de hidrocarburos, una de ellas alcanzando aguas superficiales, al este del punto del accidente. El propano y el etano dieron el primer impulso a la respiración microbiana y ese proceso fue responsable de la mayor parte de la disminución de los niveles de oxígeno medidos en esas aguas. Los científicos no abordan las consecuencias medioambientales que ello implica.
Al estudiar las colonias bacterianas en esas lenguas profundas, se constató que cerca del lugar del origen del vertido la mayoría de los microorganismos eran bacterias que degradan directamente hidrocarburos (capaces de consumir propano, etano y, seguramente, butano), mientras que más lejos del foco, los microorganismos dominantes eran los que se alimentan de los anteriores. Ante esta situación, cabe esperar, afirman, una sucesión de ciclos de auge y decadencia de colonias de bacterias de una y otra especialización.
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