La Junta opta por el optimismo en un año marcado por la cita electoral
Moreno ensalza el valor de lo público como "escudo protector" ante la crisisIzquierda Unida reprocha a Mar Moreno el discurso "complaciente"
Las malas noticias ya se sabían. Antes de las vacaciones, José Antonio Griñán dejó dicho que lo que iba a venir era el descenso del gasto y la subida de impuestos. En su primera comparecencia del nuevo curso, el 31 de agosto pasado, el presidente de la Junta prefirió no poner sordina al estridente eco del desempleo o los retrocesos inmediatos y habló a las claras de un presupuesto "muy restrictivo" para 2011. Pero hasta aquí. La consejera de Presidencia, Mar Moreno, inauguró ayer la temporada parlamentaria con un discurso optimista y decidido, con los indicios de repunte en primera línea, y la apelación constante a la marca de Andalucía y sus posibilidades. En un año eminentemente electoral (municipales en mayo), el Gobierno andaluz está convencido de que ha pasado ya el momento del gesto circunspecto, y lo que toca ahora es reivindicar la gestión de la Junta. Cómo sus políticas públicas han sido un "verdadero escudo protector" de la clase media andaluza mientras otras autonomías quiebran la protección social. Y cómo su Ejecutivo "es el más activo contra la crisis" de toda España. PP e IU contrapusieron una "realidad" desoladora.
La consejera anuncia unos meses "cargados" de gestión pública
La comparecencia de Mar Moreno ayer en el Parlamento fue muy parecida a la de José Antonio Griñán tras presidir el primer Consejo de Gobierno del nuevo curso político. Evitar los paños calientes que puedan sonar a engaño, a huida hacia adelante, pero con el mensaje claro respecto a que el margen para el lamento se ha agotado. No ocultó su intención. "El objetivo del Gobierno andaluz es un 2011 en positivo", repitió una y otra vez como un estribillo de los proyectos para remontar la crisis que ha preparado la Junta.
En todo momento del debate sobrevoló la cita electoral de mayo próximo. Con los comicios municipales en puerta, ninguna de las partes está dispuesta a hacer la más mínima concesión. Ni actos de constricción, en el caso del Ejecutivo andaluz, ni contribuciones a la esperanza, en el de IU y PP. El ambiente de campaña se podía masticar.
La consejera anunció unos meses "cargados de iniciativa política y de gestión pública" para crear empleo, remontar la recesión "más grande" del mundo occidental y mantener el modelo social, si bien solo enumeró tres leyes (Olivar, Calidad Agroalimentaria y Pesquera y ley de Cajas). De hecho, entró en pocos detalles, más allá de los ya conocidos sobre el paquete de 3.000 millones que se reparten entre los planes de Desarrollo Rural; de Ordenación de los Recursos Minerales; de Internacionalización de la Economía Andaluza; y Forestal,
Para amortiguar los embates de la oposición -que por derecha e izquierda martilleó la acción del Ejecutivo con la cruda realidad de la crisis- Mar Moreno contrapuso la importancia de las políticas públicas que ha sostenido la Junta, un "verdadero escudo protector en este periodo tan difícil". Lo que hacen otras comunidades, fundamentalmente las del PP, le sirvió como foco para alumbrar las políticas que, según dijo, practican los gobiernos socialistas desde hace dos décadas: "Aquí se ha apostado por la educación y la sanidad públicas, las infraestructuras sin peajes, la seguridad pública, la programación cultural pública, las instalaciones deportivas púbicas (...) Lo que los ciudadanos no habrían podido pagar en unas circunstancias como estas".
Si el Ejecutivo optó claramente por el optimismo, izquierdistas y populares no escatimaron los mensajes alarmantes y los augurios ruinosos, que combinaron igualmente con un mantra puramente electoral. El portavoz del PP, Antonio Sanz, terminó cada uno de sus apartados con la acotación de que la salida de la recesión solo puede venir de un cambio político. De la victoria de su partido, claro está.
Tras afirmar que "si un joven, un parado, un autónomo, una madre o una pyme tuviera que esperar a sus medidas, aviados vamos en Andalucía", Sanz la volvió a emprender con la restauración del Palacio de San Telmo. "Debe ser que el lujo del palacio, las lámparas de 8.000 euros y el mármol de Carrara, les impide ver la realidad socioeconómica de Andalucía", dijo.
El popular no se paró a rebatir los proyectos que había apuntado Moreno, se limitó a decir que hay un gran "vacío", y se esforzó por ahondar una vez más en el poco peso político de Griñán, de quien dijo "todo lo que toca se lo carga porque es una fábrica de cometer errores".
El izquierdista José Manuel Mariscal reprochó a la consejera el discurso "complaciente" y le afeó que llegara a referirse a la crisis en pasado, cuando es precisamente ahora, enfatizó, cuando arrecia con más fuerza. El portavoz del PSOE, Mario Jiménez, echó en cara a ambos oradores la falta de proyectos de sus respectivas formaciones, para las que la crisis es únicamente una oportunidad de obtener réditos electorales a costa de exprimir al máximo la indignación popular.
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