Matisse, de principio a fin

"El camino que recorre mi lápiz sobre la hoja de papel tiene, en parte, algo similar al gesto de un hombre que estuviese buscando a tientas su camino en la oscuridad. Quiero decir que mi camino no está nada preconcebido. Me dejo dirigir, no soy yo quien dirige". El autor de estas palabras, Henri Matisse (Le Cateau-Cambrésis, 1869-Niza, 1954), considerado junto a Picasso el gran artista del siglo XX, dedicó su vida a buscar a romper con las formas del pasado, a buscar la armonía exagerando lo esencial, convencido de que la exactitud nunca sería sinónimo de verdad.

La muestra Henri Matisse. El arte de grabar, inaugurada ayer en la sala de exposiciones de la Fundación BBK en Bilbao revela una de las facetas menos conocidas del pintor francés. Un total de 40 grabados cedidos por su familia recorren de principio a fin la vida y obra del artista, que siempre consideró este soporte como "un espacio de creación íntima", según recordó ayer la comisaria de la exposición, Martine Soria.

La selección incluye la famosa Primavera, así como su primer grabado, un autorretrato realizado entre 1900 y 1903 y su última obra en papel, Trois têtes. A l'amitié, donde recoge con su particular estilo el rostro de sus tres nietos, realizado entre 1951 y 1952.

Desnudos de todo tipo abundan en la muestra, que suma también dibujos de su época en el norte de Marruecos, donde la luz del Mediterráneo le abrió las puertas de un nuevo mundo de colores, según recalcó la comisaria.

La exposición estará abierta al público hasta el próximo 30 de octubre.