El AVE pierde velocidad
Las constructoras reducen el ritmo en la ejecución de las obras en el tramo Bilbao-Vitoria por los retrasos en los pagos de Fomento - Adif niega demoras
"Date una vuelta por las obras y verás que hay túneles que están parados". La construcción de la línea ferroviaria del AVE vasco en Vizcaya y Álava está sufriendo más retrasos y parones de los previstos como consecuencia, dicen las empresas adjudicatarias, de la "falta de disponibilidad económica" del Ministerio de Fomento para hacer frente a los pagos. "Lo que hemos decidido todas las empresas es adaptar la obra a los pagos", reconoce el responsable de una constructora. De tal modo que, "si el dinero no llega hasta el año que viene, los trabajos se paran hasta entonces".
El Adif, gestor ferroviario dependiente de Fomento, asegura que se está trabajando en 52 de los 90,3 kilómetros del ramal Vitoria-Bilbao, esto es, en 13 de los 20 tramos en que está dividido este recorrido. Están en ejecución, según este organismo público, 17 túneles y 29 viaductos.
Se están ejecutando 52 de los 90,3 kilómetros del eje Bilbao-Vitoria
"No están pagando ni la seguridad. La estamos costeando las empresas"
Las empresas, sin embargo, dicen que el ritmo de construcción se ha ralentizado de forma notable, debido exclusivamente a que "Fomento no pone el dinero". Insisten en que la razón de estos parones no es atribuible a problemas técnicos, sino a la decisión del ministerio de "posponer a próximos años las cantidades que tenía consignadas para este ejercicio".
En principio, la construcción de la Y vasca ferroviaria iba a quedar a salvo de los recortes presupuestarios que el Gobierno Zapatero ha aplicado en numerosas infraestructuras para reducir el déficit público. En realidad, sin llegar a cerrar el grifo para las obras del trazado vasco, el Ministerio "está trasladando a los próximos años las cantidades económicas que había consignado para este ejercicio", según las mismas fuentes. "Nos han estado insistiendo para que continuemos con la obra, pero sin darnos ninguna certificación escrita que nos garantice el cobro" de las obras ejecutadas. "Y así no se puede seguir", añaden.
El Adif niega que los recortes estén afectando al cumplimiento de las certificaciones mensuales de los trabajos. Su presidente, Antonio González, destacó a comienzos de este mes "la determinación del Ministerio de Fomento de no reducir absolutamente ningún contrato". Los empresarios aseguran que necesitan ir cobrando por sus trabajos porque "ahora mismo es imposible pedir financiación a los bancos".
Algunas empresas, advierten sus responsables, acometen pequeñas intervenciones "para que no parezca que las obras están paradas". "Lo habitual es comenzar un túnel, marcharse para ganar tiempo y volver cuando hay dinero", apunta un técnico de obra.
"No pagan ni la seguridad. Estamos corriendo las empresas con ese gasto", añade. En cambio, los constructores tienen la "certeza absoluta" de que el Gobierno vasco sí está asumiendo el coste de la seguridad en sus obras.
La situación de las obras en la vertiente guipuzcoana, que corresponde al Depatamento vasco de Transportes, es otra distinta. Las empresas sostienen que los pagos están siendo respetados en los plazos comprometidtos. El viceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco, asegura que el ritmo de las obras no está exprimentando demoras, muy al contrario, "algunos tramos van más avanzados de lo previsto". En Guipúzcoa se están construyendo 6 de los 18 tramos existentes, y el Ejecutivo autonómico pretende acabar este año con las máquinas desplegadas en 11 tramos.
El Gobierno central ha reafirmado recientemente su compromiso de poner en circulación el AVE vasco en 2016. Hay que tener en cuenta que los tramos que discurren por Álava y Vizcaya, cuya gestión corresponde al Adif, van mucho más adelantados que los del ramal guipuzcoano, cuyas obras comenzaron a tramitarse y construirse mucho más tarde. Esta ventaja concede a Fomento un colchón en el calendario y le permitiría relajar el ritmo. Le es suficiente con terminar al mismo tiempo que la parte de Guipúzcoa, puesto que, como asegura un responsable técnico de las obras, "el AVE no se puede poner en marcha hasta que no esté terminada la totalidad del trazado".
El lado 'verde' del trazado
La Y vasca ferroviaria, de 177 kilómetros de longitud, es la infraestructura más ambiciosa y costosa que se ha abordado en la historia en Euskadi. Conectará las tres capitales vascas y permitirá la circulación de viajeros a 250 kilómetros por hora y de mercancías entre 100 y 120 kilómetros por hora.
La inversión prevista para la línea de alta velocidad en Euskadi asciende a 4.178 millones -no incluye los accesos a las tres capitales ni las estaciones intermodales-, de los que 1.642 millones corresponden al tramo Bergara-Irún que construye el Gobierno vasco. Fomento ya lleva destinados 1.042 millones en el trazado que se ha venido construyendo en el eje Bilbao-Vitoria.
El Adif asegura que, además de esas cantidades, está aportando grandes sumas de dinero -el 12% del coste de la línea- para la "protección medioambiental del trazado". Entre otras medidas, se revegetarán lo equivalente a 243 campos de fútbol (2,4 millones de metros cuadrados) con arbustos y plantas herbáceas, además de replantar 118.623 árboles autóctonos.
Estudios realizados por el Gobierno vasco estiman que la conexión ferroviaria entre Vitoria y Bilbao permitirá eliminar de las carreteras más de 5.000 vehículos y unos 1.100 camiones diariamente, lo que posibilitará el ahorro de hasta 8.100 horas de viaje.
El tren de alta velocidad evitará una emisión a la atmósfera de 425 toneladas diarias de CO2, que corresponden a un consumo de 27.000 litros de combustible.
En opinión del presidente del Adif, Antonio González, la nueva línea de alta velocidad es "una obra básica para el progreso, que cobra especial relevancia en una sociedad tan emprendedora y productiva como la vasca". González recuerda que existe el compromiso compartido por los Gobiernos central y vasco, suscrito por el ministro José Blanco y el lehendakari, Patxi López, de mantener "inalterable" los plazos de ejecución.
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