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Berlusconi intenta fichar a 20 tránsfugas para seguir en el poder

El primer ministro italiano afirma que acabará la legislatura

Hablando desde Rusia -donde el viernes impartió una lección de democracia junto a su amigo Vladimir Putin, al que calificó como "regalo del Señor"-, Silvio Berlusconi aseguró ayer que no habrá elecciones anticipadas en Italia y que su Gobierno agotará la legislatura porque el país "no puede permitirse esa irresponsabilidad".

El cambio de rumbo del primer ministro, que hace solo unos días amenazaba con dejar caer el Gobierno, obedece a varios factores. La presión de su socio de la Liga Norte para acudir al voto en noviembre ha sido enorme, pero los sondeos no son tan halagüeños para el Pueblo de la Libertad (PDL) y Berlusconi ha frenado los deseos del líder liguista Umberto Bossi con una promesa: desactivar las exigencias del odiado presidente de la Cámara, Gianfranco Fini, y de los 44 parlamentarios de Futuro y Libertad (FLI). ¿Cómo? Sencillo. Fichando a una veintena de diputados del grupo mixto y de la oposición.

Il Cavaliere trata de ganar tiempo ante unas eventuales elecciones en 2011

Analistas, adversarios y partidarios creen, sin embargo, que la intención de Berlusconi no es agotar la legislatura sino ganar tiempo para preparar mejor los probables comicios anticipados de marzo de 2011 sin depender de los votos de Fini. El primer ministro no se fía de las ofertas de lealtad del cofundador del PDL ni de su promesa de garantizarle un nuevo escudo judicial.

Tras unas semanas sondeando el escenario más favorable a sus intereses, la solución sería gobernar con una nueva mayoría de tránsfugas para asegurarse una nueva inmunidad personal que garantizaría a Berlusconi escapar de una probable condena en el caso Mills (el vigente escudo podría quedar anulado en diciembre si el Tribunal Constitucional anula la ley del Legítimo Impedimento).

Desde Rusia pero sin pizca de amor, el jefe del Gobierno envió a los italianos el mensaje de que los finianos son solo una banda de traidores interesados ("solo quieren tener su propia empresita política"), y explicó por qué seguirá adelante: "En septiembre tenemos que colocar (en los mercados de deuda) 56.000 millones de euros en títulos de Estado. El PDL es un pilar de la democracia y del país. Y no podemos permitirnos ni las elecciones anticipadas ni un gobiernillo técnico. Italia debe seguir siendo protagonista de la política mundial".

La campaña de fichajes de parlamentarios ajenos está lejos de ser un secreto. Ya se sabe que Il Cavaliere es un hombre práctico y que donde otros ven enemigos él solo vislumbra un futuro socio o empleado. El mismo Berlusconi ha bautizado a los tránsfugas con los que negocia como "la legión extranjera".

Según recuerda el veterano periodista Giancarlo Santalmassi, tampoco será la primera vez que Berlusconi recurre a los tránsfugas: "En 1994, nada más entrar en política, el senador de la izquierda Grillo se pasó a Forza Italia y le permitió elegir a un presidente del Senado afín; en 2008, la caída del Gobierno Prodi se produjo gracias al cambio de bando del senador y ministro de Justicia, Clemente Mastella, hoy feliz (e inmune) eurodiputado del PDL".

El procedimiento a seguir no es muy distinto al que Berlusconi utiliza como presidente del Milan, según confirmó ayer con una broma el propio dueño del club de fútbol y jefe del Gobierno: "No sé por qué, pero hoy me apetece decir Forza Italia y Forza Milan". De hecho, mientras el Milan fichaba a Ibrahimovic y Robinho, los emisarios políticos del PDL contactaban con una treintena de parlamentarios del grupo mixto, de la democristiana UDC e incluso de Italia de los Valores (la oposición más dura).

Para no estar en manos de Fini, Berlusconi necesita 19 diputados más. PDL y Liga Norte suman 297 y la mayoría son 316. El encargado de coordinar la leva de la legión extranjera, Denis Verdini, cuenta ya una decena de altas. La ventaja es que, a diferencia del de los futbolistas, el mercado de tránsfugas no tiene fecha de cierre.

Claro que recurrir a los chaqueteros tiene sus riesgos. Uno de los tres procesos que Berlusconi tiene pendientes analiza precisamente el menudeo de senadores entre la inestable mayoría de centroizquierda del Gobierno de Romano Prodi.

Silvio Berlusconi.
Silvio Berlusconi.REUTERS

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