Erdogan corteja el voto kurdo
El primer ministro turco se juega su futuro en un referéndum el domingo
"En Turquía no hay segregación. Os queremos". Fue el lema que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, coreó la semana pasada en Diyarbakir ante 10.000 kurdos. En vísperas del referéndum del domingo para reformar la Constitución turca, los líderes políticos recorren el país intentando ganar simpatías. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, de base islamista) de Erdogan aboga por el sí, y toda la oposición laica, por el no. Consciente de la importancia que los sufragios de 15 millones de kurdos, una quinta parte de la población, tendrá en el plebiscito, Erdogan no vacila en apelar al voto de esta minoría.
Diyarbakir es un ejemplo de los retos que presenta la cuestión kurda. De los 1,5 millones de personas que pueblan esta provincia kurda, el 69% es analfabeto y el desempleo alcanza el 70%. Sin apenas industria ni turismo, muchos jóvenes buscan una salida en la guerrilla independentista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El Kurdistán, dividido entre el 'sí' y el boicot en las urnas
Para muchos kurdos, el referéndum se ha convertido en una ocasión de apoyar a un Gobierno que, aunque tímidamente, ha reconocido su identidad. Para otros, como el Partido de la Paz y la Democracia (BDP), única formación política kurda con representación parlamentaria, el sí supondría legitimar a un Gobierno que se ha quedado corto en sus promesas.
"No hay un solo artículo en la reforma constitucional que mejore la situación de los kurdos. No podemos decir no a las reformas, pero tampoco sí, porque se han tomado sin tenernos en cuenta", explica el dirigente prokurdo Ahmet Türk en el diario Zaman.
Igual se expresa Hulusi Zuybek, que actualmente coordina la Asociación pro Derechos Humanos de Estambul: "Un no o un sí solo hará que la Constitución siga en pie 10 años perpetuando el statu quo. La Constitución de 1982 tiene que ser cambiada totalmente. Hay que boicotear el referéndum".
Tras la llegada al poder del AKP, en 2002 , la represión de la cultura kurda se fue mitigando. Hubo ciertos avances: en 2004 se pudo abrir la primera academia para enseñar kurdo, aunque el idioma sigue desterrado de las escuelas. "En 2002 muchos apoyamos al AKP porque creímos que su programa era sincero... Pero las promesas no se correspondieron con los hechos y el AKP perdió apoyos entre los kurdos", asegura Zuybek, quien destaca que la primera reivindicación es modificar el artículo de la Constitución que establece que todos los ciudadanos son de etnia turca, negando así la identidad kurda.
Otras reivindicaciones que no ha atendido el Gobierno son la reducción del listón electoral (del 10% al 5% de los votos nacionales) que permite entrar en el Parlamento y la abolición de la legislación antiterrorista, que ha llevado a muchos políticos y activistas kurdos a prisión.
Algunos partidos kurdos abogan abiertamente por el sí en la consulta. Incluso Abdulá Ocalan, el líder histórico del PKK encarcelado desde 1999, también se ha declarado en contra del boicoteo.
"Erdogan está haciendo un guiño a los kurdos: sabe que Ocalan sigue teniendo gran influencia. Luego va al sureste y habla de fraternidad", explica el profesor Degu Ergis, de la Universidad de Ankara. "Sus palabras", añade, "muestran que necesita esos 15 millones de votos kurdos para que su reforma salga adelante".
Claves de la reforma constitucional
- Reforma de la judicatura. El Parlamento podrá designar
un porcentaje de los miembros del Tribunal Constitucional
y del Consejo Superior del Poder Judicial.
- Ejército. Retirada de la inmunidad a los generales que llevaron a cabo el golpe de Estado de 1980. Los delitos contra la Constitución perpetrados por miembros de las Fuerzas Armadas serán juzgados por tribunales civiles.
- Derechos civiles. La Constitución reforzaría además la protección a determinados sectores de la población, como niños, ancianos, discapacitados, viudas, huérfanos y veteranos de guerra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.