La UE hará marcaje del Presupuesto de cada país para evitar nuevas crisis

La propuesta de gobernanza económica de la UE ha empezado a andar aunque sea a marcha muy lenta. Los ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete acordaron ayer someter al examen previo de Bruselas y de sus colegas las líneas maestras de sus respectivos presupuestos nacionales. El debate "ex ante" de las cuentas públicas nacionales es lo que se llamará "el semestre europeo". Durante la primera mitad del año, la Unión establecerá las directrices para los presupuestos que serán elaborados por los Estados miembros durante la segunda parte del mismo. Estas medidas entrarán en vigor a partir de enero de 2011.

Oficialmente se trata de efectuar un seguimiento muy próximo de las políticas económicas y presupuestarias de los distintos Estados para "detectar cualquier contradicción o la aparición de desequilibrios". La interpretación práctica supondrá, sin embargo, un control fiscal más riguroso sobre todo dirigido a los países de la periferia (Portugal, España, Italia e Irlanda) para que no se reproduzcan episodios como el de Grecia.

Los ministros no consiguen avanzar en las nuevas tasas a la banca

El Ecofin aprueba por unanimidad la supervisión financiera

La idea del "semestre europeo" fue sugerida por la Comisión Europea el pasado 10 de mayo para armonizar las políticas presupuestarias de los distintos países de la Unión. Para ello se preveía reforzar la coordinación de los programas de estabilidad y convergencia y las reformas estructurales. La iniciativa del semestre europeo fue recogida inmediatamente después por el grupo de la Task Force, que dirige el presidente del Consejo, Herman van Rompuy.

Los ministros acordaron que en las directrices comunes sobre los futuros presupuestos prestarán especial atención a las acciones a las que se comprometerán los Estados en "áreas como el empleo y la inclusión social".

Para el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, se trata de "la mayor mejora en nuestra arquitectura de gobernanza económica". Rehn expresó su confianza en que los Estados miembros se comprometan a un refuerzo del marco legal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento "incluyendo más incentivos y más sanciones". En su opinión "las sanciones deberían ser una respuesta normal, casi automática; la consecuencia que deberían esperar los Estados que incumplen sus compromisos". Bruselas presentará un paquete legislativo de estas medidas el próximo 29 de septiembre. Los detalles sobre los criterios o directrices sobre la coordinación presupuestaria ex ante son de todas formas tan genéricos como en la propuesta de la Comisión de hace cuatro meses.

Sin embargo, los planes iniciales de Bruselas, impulsados de manera especial por Alemania, encaminadas a reforzar las sanciones están tropezando con serias dificultades. El ministro eslovaco de Finanzas, Ivan Miklos, cuyo país rechazó la ayuda a Grecia, señaló "que todavía hay muchos puntos de vista distintos y que no se ve que las posiciones se aproximen". Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, expresó su disconformidad con que las acciones puedan afectar a los fondos estructurales o de cohesión. Salgado se mostró de acuerdo con las sanciones económicas ya previstas en el Tratado, pero dijo que otras iniciativas requieren la modificación de los reglamentos de los fondos.

Por otra parte, los ministros de Economía aprobaron ayer por "unanimidad" la creación de cuatro autoridades europeas para reforzar la supervisión bancaria, de las actividades de seguros y bursátiles, así como para la prevención de riesgos sistémicos. Salgado recordó que para alcanzar el acuerdo de las distintas instituciones europeas, la labor desarrollada por España durante la presidencia de turno de la UE durante el primer semestre de este año "fue clave".

En otro ámbito, los ministros de Economía tropezaron con ciertas dificultades a la hora de acordar alguna de las diferentes propuestas sobre tasas o impuestos a la banca, que están encima de la mesa tanto para recaudar ingresos como para desalentar las operaciones especulativas. El ministro de Finanzas de Suecia, Anders Borg, país que ya cuenta con una tasa a las transacciones financieras, se mostró contrario a una nueva tasa "porque sería insignificante para los ingresos fiscales y podría expulsar muchas operaciones fuera de Europa".

Por su parte, la vicepresidenta española dijo que si España crea finalmente una tasa a los bancos, aplicando una decisión europea, destinará los ingresos a financiar los presupuestos y no a crear un fondo de resolución para liquidar bancos con dificultades.

La responsable de la economía española se mostró convencida de que, en todo caso, la UE dejará "una cierta flexibilidad a los países" para que decidan sobre la tasa bancaria. El comisario Michel Barnier, responsable de Mercado Interior, expresó su preocupación por los diferentes diseños sobre tasas bancarias que se están elaborando en los distintos países, porque puede implicar "distorsiones a la competencia".