Muerto a todo gas
El japonés Tomizawa, de 19 años, fallece tras ser embestido por dos motos de 135 kilos a 240 por hora
Siempre tenía una sonrisa a punto. Afable, educado, discreto, simpático y bromista. Shoya Tomizawa (19 años, Chiba; Japón) falleció ayer como consecuencia de las múltiples heridas sufridos en un brutal accidente en el asfalto del trazado de Misano: traumatismo craneal, en la zona torácica y en la abdominal. Según explicaron los médicos que le atendieron en el mismo circuito, el piloto tenía un hematoma que le oprimía el corazón, lo que dificultó todavía más las tareas de reanimación. No se pudo hacer nada por él. "En estos momentos podemos decir que está luchando por su vida", decía, compungido, el doctor Claudio Macchiagodena cuando una ambulancia salía de Misano hacia el hospital de Riccione. "Tiene constantes vitales, pero está en estado muy crítico", reconocía el presidente de Dorna, Carmelo Ezpeleta. Aun así, el espectáculo continuó. Mientras el paddock empezaba a ser sacudido por la noticia, que no se confirmó hasta pasadas las dos de la tarde, con la carrera de la categoría reina en curso. En el hospital apenas tuvieron que certificar el fallecimiento del joven piloto.
Su moto se subió al piano y rozó el césped artificial, muy resbaladizo
Pedrosa: "Cada vez que pasé por la curva me vino la imagen de la caída"
Era la undécima vuelta de la carrera de Moto2. Elías, Corsi y Simón marchaban en cabeza. Muy cerca, Tomizawa, De Angelis y Redding, separados por apenas una décima de segundo. El japonés se marchó algo largo a la salida de una curva a derechas. Se preparaba para tomar el siguiente giro, también a derechas, pero su moto se subió al piano, se le descontroló un poco de delante y derrapó el neumático trasero -pudo haber rozado el césped artificial junto al piano que bordea el asfalto, muy resbaladizo-. Ya en el suelo, fue embestido primero por De Angelis y luego por Redding. Ambos le pasaron por encima a 240 kilómetros por hora con motos de 135 kilos. Tomizawa quedó tendido en mitad de la pista. Inmóvil, rígido. Le sacaron en camilla, con tropezón incluido, y esperaron a que la ambulancia llevara su maltrecho cuerpo hasta la clínica móvil, en la que se confirmaron las primeras y terribles suposiciones. "Está muy mal", admitía Ezpeleta.
Unos minutos más tarde, cuando un sinfín de rumores corría ya a todo trapo, el corredor fue trasladado en ambulancia hasta el hospital, y no en helicóptero como se pensó inicialmente, para que pudiera recibir respiración asistida y dos médicos le acompañaran. ¿Se pudo hacer algo más por su vida? Seguramente, no. Si bien cabría eliminar el césped artificial de los circuitos, manifestaron Jorge Lorenzo y Casey Stoner. Y se sigue trabajando en mejorar las protecciones, ya no de los trazados, donde existen escapatorias y muros de protección, sino de los pilotos. "Hemos dado un tremendo paso al frente, con excelentes monos de cuero, los guantes, las botas, los cascos... La única manera de resolverlo es tener algo mejor. Y las empresas no paran de investigar", explicaba Franco Uncini, jefe de seguridad de la FIM.
Si debió empezar o no la carrera de MotoGP, sabiendo como se sabía de la gravedad del estado del japonés, es otra de las preguntas en el aire. "En mi opinión, la carrera de MotoGP nunca debió empezar. Convénzame de lo contrario", le espetó un periodista a Ezpeleta. "No necesito convencerle. Nosotros no supimos hasta las 14.20 que Tomizawa había fallecido. Sabíamos que estaba muy mal, pero no teníamos la confirmación. Debíamos seguir adelante", respondió. El show debía continuar. Y así ocurrió. "Cada vez que pasaba por esa curva me venía la imagen de la caída", apuntaba Dani Pedrosa tras la carrera. Todos vieron el accidente por televisión mientras se preparaban para su prueba: "Cuando se ha quedado en la pista, sin moverse, he visto que estaba muy mal, pero nunca quieres ponerte en lo peor". ¿Cómo se sube uno a la moto en esas condiciones? "Solo te queda intentar pensar en otra cosa porque, si piensas en ello, es imposible rodar", dijo Lorenzo.
Este era el segundo año de Tomizawa, considerado la gran promesa japonesa del momento en la categoría intermedia. Todos le recuerdan como un chico muy simpático pese a las dificultades que tenía para comunicarse en un precario inglés y como un piloto muy rápido: venció en Qatar, en la carrera inaugural del Mundial; logró dos pole, un segundo puesto, un quinto y dos sextos. Era el sexto clasificado en la general de un enorme grupo de 40 pilotos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.