La piscina limpia casi sin cloro
Can Romé es un pequeño paraíso cerca del Delta del Ebro rodeado de olivos, algarrobos y almendros. La masía, en medio de la montaña, es autosuficiente. Cuatro placas solares y un molino eólico suministran la energía eléctrica. El agua, recogida de la lluvia, se almacena en dos cisternas que, cuando se desbordan, llenan también la piscina. En un entorno árido y seco como este al sur de Tarragona, bañarse en la alberca (cuando se llena, porque depende de las precipitaciones acumuladas durante el año) es una bendición, pero su mantenimiento supone un quebradero de cabeza.
En estas apareció Clorotron. Según su fabricante este purificador ecológico solar, por acción combinada de electrólisis de baja potencia, destruye bacterias, virus, hongos y demás microorganismos sin utilizar cloro ni otros desinfectantes. Vamos, un sistema perfecto para una piscina ecológica, que decidimos probar en Can Romé. Y, de momento, funciona.
Clorotron
Producto: Clorotron.
Empresa: Floratrón.
Precio: 280 euros.
Sitio: www.clorotron.com
Clorotron tiene forma de seta de plástico azul, que flota en el agua. En el sombrero lleva instalada la placa solar y en el tronco, los electrodos, mezcla de cobre, zinc y plata.
Cuando el aparato está en el agua la placa transforma la luz del sol en electricidad y da energía a los electrodo sumergidos que, a su vez, provoca la descarga de iones minerales. El agua ionizada es la que mantiene a la piscina libre de microorganismos. El sistema fue desarrollado por la Agencia Espacial estadounidense para las misiones lunares del Apolo, según su fabricante.
Clorotron es un sistema simple: el libro de instrucciones es un folleto. Antes de colocar la seta en la piscina -se monta en 2 minutos-, recomiendan realizar dos test. Para el primero el fabricante suministra unas gotas que, mezcladas con el agua de la piscina, indican el nivel de iones existentes. El segundo, que se compra aparte, consiste en medir el nivel de cloro, alcalinidad, bromo y PH, entre otros parámetros. En ambas pruebas la piscina estaba bajo mínimos. Una semana después había mejorado en todos los niveles y al mes el agua seguía limpia, sin olores y sin molestos bichitos. La cloración sigue siendo necesaria, pero en menor medida, y solo mientras el nivel de iones no sea el adecuado.
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