Joaquín funde al Málaga
El Valencia supera la salida de Villa y Silva y gana en poderío aéreo
Joaquín, un jugador de rendimiento ciclotímico en fase de cuarto creciente, dejó en evidencia al nuevo Málaga del jeque Abdulá Al Thani, y conjuró la perdida de poder ofensivo del Valencia tras las salidas de Villa y Silva y la lesión de Soldado. El del Puerto de Santa María, muy activo durante todo el encuentro, en fructífera sociedad con Ever Banega, acabó sin gran esfuerzo con el Málaga, que se mostró como un embrión de equipo, un ente sin estructura. Un blandiblub en defensa, desordenado en ataque y con un agujero negro como centro del campo.
El acceso de Joaquín a la capitanía, por aclamación de los jugadores -Emery no le tenía en sus planes para la representación- parece haber espoleado al extremo gaditano en su quinta temporada en Valencia. El siete valencianista fundió al Málaga a base de regates, carreras por la banda y pases de peligro, entre ellos uno a Mata en el primer tiempo, que acabó malogrado. Durante la pasada liga, La Rosaleda tenía más utilidad como unidad de medida de incendios forestales o de distancia de frenado que como escenario de un espectáculo futbolístico. El equipo, entrenado entonces por Juan Ramón López Muñiz, ofreció un juego más que ramplón casi toda la temporada y salvó la categoría con 26 puntos y sólo siete victorias, una de las permanencias más baratas de la historia.
MÁLAGA 1 - VALENCIA 3
Málaga: Arnau; Jesús Gámez, Iván, Weligton, Manu Torres; Sandro Silva, Eliseu (Juanmi, m. 75), Fernando (Apoño, m. 67); Quincy, Rondón, Sebastián (Edinho, m. 83). No utilizados: Fran; Mtiliga, Luque, González y Juanito.
Valencia: César; Miguel, David Navarro, R. Costa, Mathieu (Jordi Alba, m. 72); Albelda, Banega; Joaquín, Mata (Tino Costa, m. 77), Vicente (Pablo Hdez, m. 59); y Aduriz. No utilizados: Moyá; Bruno, Maduro y Topal.
Goles: 0-1 M. 11 Aduriz. 1-1 M. 44 Sebas Fernández. 2-1 M. 70 Joaquín. 3-1 M. 74 Joaquín.
Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Silva, Torres, Albelda, Banega, Navarro, Mata y César.
Unos 24.500 espectadores en La Rosaleda
El equipo del jeque Al Thani se mostró muy blando en defensa y casi sin medio campo
Jesualdo Ferreira tuvo que renunciar a su juego ofensivo de toque y pase corto
Este año, la llegada del jeque Abdulá bin Naser Al-Thani -ausente ayer en el palco- ha revolucionado al club. La primera decisión del aristócrata qatarí fue prescindir de Muñiz, cuya alergia a pasar del medio campo inspiró más de un chiste en la grada. En su lugar puso a Jesualdo Ferreira. El veterano portugués vino al Málaga con un planteamiento ofensivo de toque desde atrás. Sin embargo, en su primer partido oficial, tuvo que renunciar a su estilo ante el riesgo de que la afición acabara por echar en falta a Muñiz por inconsistencia defensiva.
El Valencia salió jugando al paso y aprovechando los enormes huecos que le dejaban los malagueños. No había puesto el sol a los jugadores en su punto de cocción en la caldera de Martiricos cuando Aduriz le dió la primera puñalada a la portería de Arnau, que, pese a lo que dice el marcador, jugó un partido notable y fue uno de los mejores del equipo. El cabezazo del vizcaíno muestra que el Valencia ha ganado en potencial aéreo pese a las salidas de sus puntales. Al filo del descanso, Sebastián Papelito Fernández, el fichaje más caro de la historia del club (3,4 millones), y hasta entonces un ejemplo de falta de implicación, consiguió sorprender a la defensa valencianista al rematar una falta sacada por Eliseu. Era el empate. Y fue un espejismo. De las nuevas incorporaciones malaguistas, quizá el más destacado fue el venezolano Rondón. Cuando aprenda a salir del fuera de juego, su aportación se presume decisiva.
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