La Alhambra tranquila
Recorrido por los jardines que reincorpora el palacio del Generalife
Puesto que la Alhambra es el monumento más visitado de España, encontrarlo tranquilo no es habitual. Para diversificar la oferta y garantizar la conservación se crearon los itinerarios nocturnos que, además de evitar las horas centrales de calor en verano, como alternativa al bullicio no son una mala opción. Recorrer a la caída del sol los palacios nazaríes o los jardines y el palacio del Generalife (ambos itinerarios son incompatibles por la noche) puede ser la mejor alternativa si es que no queda entrada general.
También es una opción para quienes ya han visitado el recinto monumental, para quienes quieren descubrir algo más o para los que optan, simplemente, por disfrutar. No tiene nada que ver con el día, con el trasiego de visitantes y eso que durante agosto casi se agotan a diario las entradas nocturnas a los palacios nazaríes, que se hacen en dos tandas de 200 personas. "La tenue iluminación y el efecto que produce con el sonido del agua es lo que más llama la atención", asegura el jefe de visita pública de la Alhambra, Pedro Martín. Se estudió con mucho "mimo" cómo establecer las luces de los jardines para que la visita sea, en todo momento, apacible.
A esa hora, de 22.00 a 23.30, cientos de flashes saltan desde la otra orilla del río Darro, principalmente desde el mirador de San Nicolás, para tener un recuerdo personalizado del monumento. A poco que se fije el visitante ve el centelleo en el barrio del Albaicín. En la ciudad-palatina recomiendan por la noche no usarlos. Allí el sonido del agua, la brisa entre los árboles, la delicada luz y un abanico de olores impregnan todo de tranquilidad. El itinerario de jardines es aún más desconocido y permite ver la iluminación de los palacios nazaríes y el paseo de las torres. La Alhambra dentro de la propia Alhambra.
Coincidiendo con el espectáculo de Lorca en el teatro del Generalife, este año se ha permitido la visita a los jardines de la residencia de verano palaciega a los espectadores. Por razones de seguridad, el acceso está restringido a los jardines bajos, pero a partir del 1 de septiembre vuelve a la normalidad y esa oferta, más desconocida, regresa como un paseo único y excepcional con el palacio del Generalife incluido. "Es un atardecer precioso, con ese latigazo rojo sobre el Albaicín", le comentaba una jiennense a otra la pasada semana mientras recorrían los jardines.
El mirador de la Reja y el corredor de Carlos V se han incluido este año en el recorrido de palacios nazaríes por la intervención en el patio de los Leones. La exposición con las 12 esculturas restauradas se puede visitar sin comprar entrada los viernes y sábados, de ocho de la tarde a diez de la noche. Siempre hay una novedad o siempre hay algo que se escapó la última vez. La Alhambra y sus más de seis siglos de historia son en sí un espectáculo. Pero si está tranquila se saborea más.
Redistribuir los flujos de visitantes es necesario para evitar la sobreexplotación. Por eso se ofertan los recorridos nocturnos que se han convertido en una ocasión ideal para huir del típico ajetreo que conlleva normalmente ser turista. A la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, le pareció una visita "maravillosa", según reza en el libro de honor. Por la noche en la Alhambra cualquiera puede disfrutar de un paseo con serenidad.
Solo incluye los espacios adaptados a estos itinerarios, pero la oferta, que a partir de noviembre se adelanta unas horas, merece la pena. Pasear sin prisa por estancias palaciegas o jardines laberínticos sin que el de al lado empuje o hable más alto de lo normal. La apuesta del Patronato de la Alhambra es sorprender a locales y, por supuesto, a turistas. Por eso, prácticamente cada año incorpora nuevos espacios.
Visitas nocturnas a la Alhambra, de martes a sábado de 22.00 a 23.30. Hasta el 31 de octubre. 12 euros.
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