El alcalde de La Línea envía a la Policía Local contra dos operarios de Fomento
Los técnicos del Gobierno pidieron que se pararan las obras del peaje
El enfrentamiento entre el Gobierno y el Ayuntamiento de La Línea de la Concepción con motivo de la propuesta municipal de imponer un peaje a los viajeros que se dirijan en automóvil a la colonia británica de Gibraltar vivió ayer su jornada más tensa hasta el momento. El Ayuntamiento recibió con una dotación de la Policía Local a los operarios que envió el Ministerio de Fomento para pedir la interrupción de las obras en la carretera de acceso a Gibraltar.
Un grupo de operarios de la Demarcación de Carreteras de Andalucía Occidental, dependiente de Fomento, se desplazaron a los aledaños de la Verja con la intención de parar las obras que ejecuta el municipio en la carretera a Gibraltar. Estos comunicaron a los trabajadores municipales "la imposibilidad de continuar con las obras en la mencionada zona, al tratarse de una carretera de titularidad Estatal". Hasta el momento, la zona en la que se ha colocado un bordillo para separar distintos carriles por parte de los empleados del Ayuntamiento, se encuentra en suelo municipal, aunque el alcalde linense, Alejandro Sánchez, del Partido Popular, ya ha anunciado su intención de continuar con la construcción de los puestos de cobro de la llamada tasa de congestión en las proximidades de la frontera, donde la titularidad del suelo es del Estado.
El Ministerio cree que los trabajos para los peajes invaden suelo estatal
La petición de Fomento de que parasen las obras en la carretera y la negativa del Gobierno a hacerlo, estuvieron muy cerca de acabar en un enfrentamiento. El alcalde de La Línea envió a la zona a un grupo de agentes de una Unidad Especial de la Policía Local. A su vez, la Delegación del Gobierno se llegó a plantear el envío de funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, según fuentes de Fomento. La calma llegó tras casi tres horas de conversaciones y contactos telefónicos entre responsables de la Administración central y el alcalde.
Sin embargo, Sánchez no abandonó la actitud desafiante que mantiene desde que hiciera pública su intención de cobrar 5 euros a cada persona que quiera entrar en Gibraltar. "La visita realizada a la ciudad por dos personas vestidas de amarillo, sin capacidad coercitiva alguna, solicitando la paralización de las obras que se ejecutan en los aledaños de la frontera para la próxima instauración de la denominada tasa de congestión, es inaceptable", sostuvo. "En el Ayuntamiento solo se ha recibido una comunicación sin firmar, con un solo sello y supuestamente elaborada por una persona de la que se ha podido confirmar que se encuentra de vacaciones". El alcalde afirmó que todo lo sucedido era "fruto del nerviosismo y la improvisación" y, en tono desafianter añadió que "las obras para la instauración de la citada tasa siguen adelante".
En el otro lado, fuentes del Ministerio de Fomento aseguraron que existía "una notificación del Jefe de la Unidad de Carreteras de Cádiz", que comunicaba al Ayuntamiento "la imposibilidad de realizar trabajos en una vía de titularidad Estatal".
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