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Reportaje:

Masaje con escamas

San Sebastián abre el primer centro de Euskadi que usa peces para tratamiento corporal - Los garra rufa se alimentan de la piel muerta

Eryk Matuszak, dueño del nuevo establecimiento de ictioterapia de San Sebastián Fish Spa, el primero de su tipo que se abre en Euskadi, pide a quien le pregunta que introduzca los pies es una máquina de forma abombada y pulsa un botón que la acciona. "Sirve para que estén limpios", explica, mientras la caja, llena de agua, tiembla ligeramente. Un minuto más tarde, Matuszak especifica que ya se está listo para sumergir los pies en la pecera.

Debido al calor del agua, la primera sensación es la de estar pisando los charcos que se forman a la orilla del mar, pero poco después parece que una botella de champán se ha descorchado en el recipiente acristalado, llenándolo de burbujas desde el tobillo hasta la punta de los dedos. Por momentos, se puede pensar que en suaves pellizcos con pinzas. Sin embargo, al bajar la vista, lo único que se ve es un banco de "unos doscientos" peces nadando alrededor de los pies.

Estos peces comenzaron a usarse hace casi un siglo en un balneario turco
El método contribuye a la exfoliación y regeneración celular de la piel

Matuszak abrió este establecimiento con Omaira Perianez en la capital guipuzcoana hace tres semanas y, hasta ahora, "está siendo un éxito". La ictioterapia es un tratamiento novedoso que renueva los tejidos de la piel y la deja más suave mediante el uso de los peces garra rufa, que se alimentan de la piel muerta, por lo que ayudan a la regeneración de las células.

A principios del siglo pasado comenzaron a emplearse estos peces en el baleario de las aguas termales de Kangal, situadas en la provincia turca de Sivas, en la Anatolia central. Estos peces viven en las cuencas de ríos de Turquía, Siria, Irak e Irán en aguas muy calientes, que pueden alcanzar hasta los 40 grados.

En principio, el tratamiento se destinaba a aquellas personas que padecían psoriasis en los pies. Quienes lo usaron experimentaron una apreciable mejoría, por lo que esta ictioterapia se extendió pronto por Asia y Europa.

"Nosotros lo descubrimos en un viaje a Tailandia hace cinco años", precisa Perianez, quien añade que la idea de abrir el establecimiento surgió cuando se hallaban en Inglaterra, "donde ya había varios locales de distintas compañías que tenían una gran acogida".

Desde 2006 existen spas en diversos países que aplican este tratamiento.

Los responsables de Fish Spa indican que existe una familia de peces de otra especie, que se promocionan desde China también con propiedades curativas. Los chin-chin, como se llaman, resultan mucho más económicos, no están protegidos por ninguna ley, tienen dientes, pueden provocar heridas y llegan a los 12 centímetros de longitud. "Son casi como pirañas", bromea Perianez.

En cuanto al perfil de sus clientes, Matuszak recalca que "viene gente de todas las edades. A los niños les parece curioso y muchos adultos repiten".

Una mujer sigue el tratamiento con peces garra rufa en el establecimiento donostiarra.
Una mujer sigue el tratamiento con peces garra rufa en el establecimiento donostiarra.JESÚS URIARTE

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