Marcha en Bilbao a favor de los derechos de Euskal Herria

La izquierda abertzale celebrará el próximo 27 de agosto su manifestación anual con motivo de las fiestas patronales de Bilbao, convocada en esta ocasión por un grupo de ciudadanos. La marcha, presentada ayer mediante un comunicado leído por Begoña Bretos e Hibai Castro, pretende reivindicar que "Euskal Herria es un pueblo al que se le niega y su capacidad de decisión, al que se le niega su derecho a ser dueño de su futuro" y que "los nacionalismos excluyentes español y francés nos niegan los derechos que nos corresponden como pueblo por la fuerza de las armas y la represión".

Tras conocer la cita, el consejero de Interior del Gobierno vasco, Rodolfo Ares, aseguró que su departamento decidirá si se puede celebrar esta manifestación una vez analice los datos de la convocatoria y de quienes han presentado la solicitud. En declaraciones a Europa Press, Ares aseguró que será a partir de entonces cuando Interior decidirá sobre si es posible la celebración de la marcha.

El portavoz del PP vasco, Leopoldo Barreda, a su vez, reclamó "tolerancia cero ante la pretensión, una vez más de Batasuna, de tomar las calles de las ciudades" durante las fiestas patronales. Barreda dijo que "la responsabilidad de las Fuerzas de Seguridad y de los jueces, es la de levantar ese velo de apariencias que teje habitualmente Batasuna para tratar de encubrir sus verdaderas intenciones".

Por otra parte, la asociación Dignidad y Justicia (DyJ) instará a la Fiscalía de la Audiencia Nacional a pedir la prohibición de esta marcha al considerar que tras su convocatoria se encuentra la ilegalizada Batasuna y que su celebración podría constituir un delito de enaltecimiento del terrorismo.

La anterior, prohibida

La anterior convocatoria, prevista también para el mismo día de las fiestas y en la misma plaza, fue prohibida por el Departamento de Interior. La jornada se saldó con tres detenidos y un ertzaina herido como consecuencia de los altercados registrados en las calles de Bilbao, en las que hubo cruce de contenedores, así como la quema de un autobús y seis coches.

Los convocantes de este año denunciaron que "en menos de un año se han multiplicado los ataques al euskera, a la educación, con la imposición nuevamente de los modelos A y asignaturas con claro fin adoctrinador que recuerdan la tristemente famosa 'Formación del espíritu nacional'". En su opinión, existe un "retroceso en el ámbito de los derechos civiles y políticos como el derecho al voto, la libertad de expresión, de reunión y manifestación, o el derecho a organizarse en partidos políticos".