"Queríamos darle a la madera la oportunidad de volver a ser árbol"

"Teníamos la casa llena de cajas de madera y pensamos que esta sería la mejor forma de utilizarlas". Así explicó ayer Mariella Carrera, encargada junto con su marido del diseño de la calle de Verdi, cómo surgió la idea de la ornamentación de una vía que, por segundo año consecutivo, ha recibido el premio de honor del tradicional concurso de adornos callejeros.

"Nuestra intención era darle la oportunidad a la madera de volver a ser árbol", comentaba la diseñadora mientras los vecinos, que también ganaron en las categorías de innovación, reutilización y entradas y salidas, brindaban con cava y coreaban el victorioso We are the champions. La decoración de la ganadora se asemeja a un bosque encantado, formado por grandes árboles fabricados con cajas de cartón e insectos manufacturados. "Hemos gastado unos 4.000 euros, pero lo que hay que remarcar es la dedicación de todos los vecinos", explicaba emocionado Carles Peris, secretario y tesorero de la asociación de vecinos de la calle de Verdi.

Verdi ha ganado este año al sumar 186 puntos, dos más que la segunda galardonada, la plaza de Rovira. Algunos de los vecinos de la Vila de Gràcia aseguraban: "Difícilmente puede ganar una plaza ya que le es más difícil conseguir puntos al mejor techo o la mejor entrada".

La ceremonia de entrega de premios empezó a las seis de la tarde en la plaza de la Vila y estuvo presidida por la alcaldesa accidental, Assumpta Escarp, que valoró el gesto de los ganadores de desplegar una pancarta pidiendo respeto por los decorados de las calles. "Tenemos que poner todos de nuestra parte para conseguirlo", añadió. Carles Estruch, presidente de la Fundación de las Fiestas de Gràcia, remarcó que la elección ha sido un proceso "aséptico y neutral".

En cuanto al resto de los galardonados, destaca el premio en la categoría de detalle artístico que recayó en la plaza de la Vila, con una escultura de unos brujos preparando pócimas. El mejor techo se lo llevó Fraternitat y la plaza de Rovira se alzó con el premio a la mejor iluminación.