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Atacada por su ex novio una mujer a la que se negó protección

La había golpeado en varias ocasiones. La había amenazado de muerte con una pistola. Ella lo denunciaba y después retiraba las denuncias. Él ya había sido denunciado por una pareja anterior. Pero ningún juzgado dictó orden de alejamiento del agresor ni medida de seguridad para la joven, a la que, en la madrugada del viernes, acabó haciéndole varios cortes en el cuello y en la espalda con un cuchillo hasta casi acabar con su vida.

Jacobo González, de 30 años, cumplió sus amenazas y agredió a su ex pareja, Esther P.B., de 28 años, en plena vía pública en O Barco de Valdeorras. Ella permanece en el hospital ourensano con pronóstico grave. Él ingresó ayer en la prisión de Pereiro de Aguiar, tras prestar declaración.A las dos de la madrugada del viernes ambos caminaban juntos por la calle. Según han declarado testigos presenciales, tuvieron una fuerte discusión en la vía pública y el agresor sacó una navaja con la que asestó diversas puñaladas -una de ellas afectó a un pulmón- a la mujer , que comenzó a perder gran cantidad de sangre y se desplomó sobre la acera.

Fue el propio agresor quien llamó a los servicios de emergencia, que trasladaron a la víctima en una ambulancia, a la que él no subió, al hospital comarcal de Valdeorras, de donde fue derivada al complejo hospitalario ourensano.

Los testigos que, desde su vivienda, presenciaron lo sucedido avisaron de inmediato a la Guardia Civil. Cuando los agentes llegaron al lugar donde ocurrió la agresión ya no estaba ninguno de los jóvenes. Acudieron al hospital para iniciar la búsqueda. El agresor no estaba lejos. Fue detenido en el entorno del centro hospitalario valdeorrés apenas 15 minutos más tarde y puesto a disposición judicial. Tras prestar declaración ante el juez, éste ordenó su ingreso en la cárcel ourensana de Pereiro de Aguiar.

Denuncias anteriores

La Guardia Civil no pudo tomar declaración a la joven, ya que ayer no se encontraba en condiciones de hacerlo. En cualquier caso, su denuncia no es ya necesaria en esta ocasión toda vez que los hechos ocurrieron en la vía pública y hay testigos que presenciaron la agresión.

Las denuncias que sí había presentado con anterioridad no sirvieron de nada. La víctima no tenía ningún tipo de protección. Ningún juzgado dictó orden de alejamiento del agresor ni medida de seguridad para la joven, aun cuando sobre Jacobo González pesaban ya denuncias por maltrato de una pareja anterior.

Esther P. B. lo denunciaba y después lo perdonaba: retiraba las denuncias. Pero había conseguido separarse de él aunque, pese a que no vivían juntos desde diciembre pasado, la pareja continuaba viéndose.

Según el entorno de ambos, Jacobo González insistía en volver a ver a su ex pareja y reanudar la relación, algo que, según las mismas fuentes, ella rechazaba constantemente, lo que originaba continuas discusiones y nuevas amenazas del agresor.

Desde diciembre pasado, la víctima vivía con su hija de corta edad en el que había sido el domicilio de la pareja.

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