Golpista, 'narco'... y presidente
El ex dictador Desi Bouterse, condenado por tráfico de drogas y acusado de asesinato, regresa a la presidencia de Surinam
Antiguo líder golpista, narcotraficante condenado a 11 años de cárcel en Holanda, presunto asesino de opositores políticos... El polémico currículum de Desi Bouterse no hace pensar precisamente que se trate de un jefe de Estado elegido democráticamente. Y, pese a ello, este hombre de 64 años tomó posesión ayer como nuevo presidente de Surinam, tras ganar las elecciones en mayo pasado con un 40% de los votos, y ante la indignación de parte de la población de este pequeño país del Caribe.
"Combatiré la corrupción en nombre del pueblo", aseguró durante la ceremonia Bouterse, que habló de "triunfo de todos" al referirse a su victoria electoral en mayo. Ningún mandatario internacional acudió a arroparle. Ni siquiera Hugo Chávez, presidente de Venezuela, que se excusó a última hora alegando problemas de agenda.
La sombra de Desi Bouterse ha planeado sobre la política de Surinam (500.000 habitantes) durante las últimas tres décadas, años en los que la antigua colonia holandesa se convirtió en una plataforma clave para el tráfico de cocaína hasta Estados Unidos y Europa. En 1980, Bouterse se hizo con el poder por primera vez, tras liderar un golpe que dejó en suspenso la Constitución del país cinco años después de su independencia de Holanda. En 1990 orquestó otro golpe y siguió siendo el hombre fuerte de Surinam hasta 1992, cuando dejó de ser el jefe del Ejército.
Poco después un tribunal holandés le condenó a 11 años de cárcel por tráfico de cocaína. El juicio se celebró en su ausencia en Ámsterdam. Pero evitó el castigo porque Surinam no tiene un tratado de extradición con Holanda. En la Interpol, el nombre del nuevo presidente del país más pequeño de Sudamérica figura desde 1997 en la lista de delincuentes que deben ser detenidos.
No es su único problema con la justicia. El antiguo dictador se enfrenta a un proceso aún en marcha en su país por el asesinato de 15 opositores una noche de diciembre de 1982. En 2007, él mismo pidió disculpas por su responsabilidad en el crimen político más recordado de la historia de su país, aunque siempre ha añadido que no tuvo nada que ver directamente con los asesinatos. Su nuevo Gobierno ha anunciado ya la formación de una comisión de la verdad para aliviar el trauma causado por la tortura y ejecución del grupo de intelectuales, periodistas y dirigentes sindicales. Muchos críticos ponen en duda que se haga justicia.
Pese a todo, el antiguo dictador ganó las últimas elecciones con un 40% de los votos y ha logrado llegar a la presidencia gracias al apoyo de una coalición de partidos en el Parlamento. Bouterse ha prometido más ayudas sociales y reactivar una economía muy dependiente del oro, la bauxita y el petróleo. El hijo del nuevo presidente, Dino Bouterse, insiste en que el país no tiene nada que temer, porque su padre será el mejor gobernante para Surinam. Otros ven su victoria como una vuelta a un pasado dictatorial y corrupto.
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