Las escuelas públicas no tienen ni un profesor de islam
Los aspirantes no cumplen los requisitos de la Generalitat
Las escuelas e institutos públicos de Cataluña no cuentan con ningún profesor de religión musulmana. Y eso que, aunque poca, hay demanda: el curso pasado, la Generalitat recibió casi 600 peticiones de alumnos que quieren aprender islam en la enseñanza pública. El problema es que los candidatos a profesores no cumplen con los requisitos fijados por el Departamento de Educación; entre ellos, la necesidad de que acrediten el nivel C de catalán.
Los alumnos que optan por la enseñanza religiosa confesional son, en su inmensa mayoría, católicos. Pero también hay demandas de estudiantes evangélicos, musulmanes y judíos, algo a lo que tienen derecho por los acuerdos de cooperación firmados en 1992 entre el Estado y los representantes de las tres confesiones. En Cataluña, unas 300.000 personas proceden de países de mayoría musulmana.
Educación recibió el curso pasado 590 peticiones para estudiar islam
La religión es una asignatura confesional, confiada a profesores designados por las diferentes religiones y pagados por la Administración, en virtud de la ley de libertad religiosa. Se trata de una asignatura optativa, con una alternativa para los que no quieren cursarla. El abanico de opciones es amplio: desde idiomas a horas de estudio asistido.
El curso 2009-2010, han solicitado cursar religión católica un total de 186.717 alumnos de educación primaria y 91.305 de secundaria, según datos de Educación, que ha destinado 1.668 profesores a atender sus demandas.
La Generalitat también ha recibido solicitudes para cursar religión por parte de alumnos evangélicos, judíos y musulmanes. Sin embargo, de estas otras opciones sólo han sido atendidas las peticiones de los cristianos evangélicos, y no todas. Así, de las 656 peticiones de alumnos de esta confesión, cursan la asignatura 193 estudiantes (159 de primaria, atendidos por cuatro profesores, y 34 de secundaria, con un único profesor).
En cuanto a las otras dos confesiones con las que el Gobierno español firmó el acuerdo en 1992, se presentaron 590 peticiones de islam (528 en primaria y 68 en secundaria) y 96 de judaísmo (72 en primaria y 24 en secundaria). Pero ninguna ha podido ser atendida, según la Generalitat, por falta de profesores con la titulación exigida por el Departamento de Educación. El islam catalán es un islam de clases trabajadoras, lo que incluye también a los imanes de las mezquitas, que no dejan de ser asalariados con un conocimiento algo superior del Corán.
Además de la carrera de magisterio o una licenciatura, los profesores de Religión confesional en los centros educativos catalanes deben tener la nacionalidad española, acreditar el nivel C de catalán, haber hecho un curso de adaptación pedagógica y presentar la titulación teológica requerida por la confesión religiosa a la que pertenecen, que es la que debe designarlos.Los datos sorprendieron al director de la Comunidad Judía Progresista Bet Shalom de Barcelona, Jai Anguita: "Me sorprenden porque nosotros damos las clases en las sinagogas, y las familias lo saben". Anguita se mostró partidario de continuar haciéndolo así: "Que sean las comunidades las que enseñen religión confesional a los jóvenes, y que vayan a la escuela pública a estudiar matemáticas. Lo que sí que deberían aprender los chicos" puntualizó, "es cultura religiosa. Es incomprensible que no sepan nada de Moisés. O de Buda. Deben tener un conocimiento global del mundo espiritual", opinó.
En una posición parecida se situó Jordi Moreras, profesor de la Universidad Rovira i Virgili, especialista en las comunidades musulmanas. Moreras considera que sería importante "que los jóvenes musulmanes conocieran bien su religión, porque las comunidades tienen un déficit de formación que les pone en riesgo de manipulaciones". El profesor se muestra convencido de que recibir clases de islam "no les haría más fanáticos, sino que les habilitaría para responder de manera más coherente sobre sus creencias". Sin embargo, considera que este déficit de formación no afecta solo al colectivo musulmán: "Nosotros tampoco sabemos explicar las razones profundas de nuestras creencias. Porque hasta para ser laico hay que saber religión", sentencia.
Investigadores de distintas universidades europeas firmaron hace unos meses un manifiesto para reclamar que se incluya en los centros educativos europeos una asignatura específica sobre la historia de las religiones a impartir en todos los niveles. Los firmantes del texto lamentan en voz alta que los jóvenes de esta Europa orgullosa de ser hija de las luces "son unos ignorantes totales en religión".
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