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El empleado de Badesa deja la huelga de hambre por "falta de apoyo político"

"Pongo fin, por el momento, a la huelga de hambre". Con estas palabras, Jesús Cuesta explicó ayer a EL PAÍS que termina "por decisión familiar" y por la "imposibilidad de conseguir apoyos políticos de los Ayuntamientos en esta época del año" con los 27 días sin comer que ha pasado en protesta por la decisión de la firma Badesa, ubicada en Eibar, de sacar a concurso su plaza después de tres años con contratos concatenados y otros cinco de obra. Badeesa es una sociedad anónima de titularidad pública perteneciente a la Mancomunidad de la comarca de Debabarrena y dedicada a la limpieza.

"A las cinco de la tarde me tomé un chocolate caliente y algo de queso fundido y por la noche tomaré una sopa", indicó Cuesta, quien afirma que ha perdido nueve kilos. "Estoy bastante débil y mareado", añadió. Mañana irá al médico.

"Habría seguido con la huelga, pero entre todos hemos decidido que esto es lo mejor por el momento, aunque seguiré luchando", explicó. Cuesta reconoció que no ha encontrado hasta ahora suficientes apoyos políticos para su causa. De cualquier manera, no descartó retomar la huelga de hambre a partir del próximo septiembre.

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