"Se trabaja para que las propias células del paciente puedan tratar el rechazo"
Manuel Arias, presidente de la Sociedad Española de Trasplante y jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, es consciente de que los avances en estas cirugías tienen un problema para los pacientes: tras la operación han de someterse toda la vida a un tratamiento con inmunosupresores. Por eso en la Universidad Menéndez Pelayo ha defendido que sea el propio organismo el que se encargue de inhibir el rechazo como nuevo paradigma terapéutico.
Pregunta. ¿Qué son las células T-reguladoras?
Respuesta. Una subpoblación de las células T que tiene efecto regulador de la respuesta inmune para, por ejemplo, evitar que el organismo rechace un injerto. Por eso se asocian a una mayor estabilidad del mismo.
P. ¿Qué aplicaciones pueden tener en el campo del trasplante?
R. Han aportado aspectos positivos a la monitorización inmunológica tras el trasplante. Las células T-reguladoras son una de las herramientas que ayudan a medir el grado de tolerancia tras hacer un injerto y, por tanto, ayudan a saber si hay que aumentar o reducir la inmunosupresión. También han ayudado a conocer qué medicamentos favorecen la presencia de células T- reguladoras y cuáles la perjudican. Ya hay estudios piloto, asociados a trasplantes hepáticos, en este sentido. Ahora se abre la perspectiva de aplicar las T-reguladoras, las propias células del paciente, como tratamiento para evitar el rechazo, tanto en enfermedades autoinmunes como en trasplantes.
P. ¿Se pueden aplicar ya en humanos?
R. De momento, se progresa en modelos con ratones que demuestran la viabilidad de la expansión de las células T-reguladoras como tratamiento del rechazo. La doctora Kathryn Wood, de Oxford, ha adelantado un trabajo en que ha conseguido modificar el rechazo vascular a un modelo de arteria mamaria humana.
P ¿Se baraja algún plazo para que estos avances estén en la práctica corriente?
R. No podemos hablar de plazos, pero las perspectivas que se abren son esperanzadoras.
P. ¿Podrán aplicarse en los trasplantes de médula en los que ahora se utilizan células del cordón umbilical y que resultan especialmente complejos?
R. Se abren perspectivas en el manejo injerto contra huésped, conocido como graft versus host. Mientras que en los demás trasplantes el organismo puede rechazar al órgano injertado, en el caso del trasplante de médula, esta no solo puede ser rechazada por el organismo, sino que también ella puede rechazarlo a él.
P. ¿Qué otras enfermedades podrían tratarse con técnicas de inmunorregulación?
R. Aquellas que están mediadas por una base inmune muy clara, como el lupus, la artritis reumatoide, los tumores, el crohn o la vasculitis.
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