La fiesta eclipsa la polémica
Vitoria celebra La Blanca ajena a las protestas de formaciones nacionalistas contra la presencia "impuesta" de la selección española de baloncesto
La presencia de la selección española de baloncesto en Vitoria tras 22 años sin pisar Euskadi apenas ha desviado la atención de la capital alavesa sobre el protagonista absoluto en la ciudad en estas fechas de agosto: las fiestas de La Blanca. Los ciudadanos observan solo de reojo los carteles que llaman a la manifestación convocada para hoy por diversas formaciones nacionalistas para reivindicar la oficialidad de la selección vasca ante la asistencia "impuesta" del combinado de Sergio Scariolo. El equipo juego hasta mañana en Vitoria un torneo preparatorio del próximo Mundial de Turquía. Ajenas a cualquier polémica, las pancartas que salpican la ciudad con el lema de la gira 2010 de la selección actual campeona del mundo -Tenemos un mismo ADÑ- asisten a sucesivas estampas festivas sin suscitar controversias ni levantar susceptibilidades.
El Ayuntamiento no colocará pantallas gigantes para no restar asistencia
Como recalcó ayer la consejera de Cultura, Blanca Urgell, cuando recibió a los jugadores, la afición al baloncesto es "tremenda" en Vitoria y en toda Euskadi.
Aunque fuentes de la organización de la manifestación mostraron ayer a este periódico su "sorpresa" porque ya se hubieran vendido 6.000 localidades para asistir al triangular amistoso de este fin de semana, también reconocieron que el tirón de este deporte en el País Vasco, la "calidad de los equipos" y la asistencia de público de regiones limítrofes pueden explicar la más que aceptable acogida que ha tenido el campeonato. Las mismas fuentes remarcaron que al baloncesto se le atribuye una menor carga política que al fútbol.
Los vecinos, inmersos en las celebraciones de su fiesta mayor, que acaban el próximo lunes, asistían ayer a los pasacalles, ferias de gastronomía popular y exhibición de bertsolaris sin dar demasiada importancia a la controversia de los últimos días. Algunos se refieren el evento con frialdad -"no me importa si vienen o no, pero una vez aquí tampoco me molestan"-, lo que contrsta con el fervor de otros -"deberíamos estar orgullosos de que los campeones del mundo jueguen en el Buesa"- pasando por el rechazo frontal de unos pocos -"no pintan nada en Vitoria, esto es una provocación"-.
Egoitz Askasibar, portavoz de Esait, la plataforma que promueve la oficialidad de las selecciones vascas, principal impulsora de la marcha de hoy, subraya que su colectivo "no está en contra de la selección española y su estancia en Vitoria". No obstante, entiende que este torneo supone "una acción más" del PSE y el PP en nombre de la "supuesta normalización" que llevan a cabo para "unir Euskadi y España".
Eusko Alkartasuna, Alternatiba y Aralar, representantes de la izquierda abertzale ilegalizada, los sindicatos ELA, LAB y ESK y grupos de hinchas del Baskonia y del Alavés -como Indar Baskonia o Eztanda Norte- secundan la iniciativa. La marcha partirá a las 18.30 de la plaza Bilbao y recorrerá las calles más céntricas hasta acabar en la Virgen Blanca.
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, reiteró ayer que su formación no secunda la manifestación, ya que "las protestas, movimiento anti, contra, etcétera están fuera de lugar". Pese a ello, el presidente de su partido en Álava, se sumó anteayer a una foto de familia con repreentantes de Esait y de otras formaciones que sí apoyan la convocatoria.
El palco del Buesa Arena acogerá hoy y mañana a Urgell y al alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, quien, en principio, solo irá mañana. El carácter amistoso de los encuentros, que se desarrollarán bajo importantes medidas de seguridad, y evitar restar afluencia al estadio han motivado que el consistorio haya optado por no colocar pantallas gigantes en la ciudad.
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