Reino Unido y Pakistán zanjan la crisis y refuerzan la lucha antiterrorista
La gira europea del presidente Zardari en plenas inundaciones desata duras críticas
Tras pasar una semana prácticamente de vacaciones en Europa mientras su país padece las inundaciones más graves en 80 años, el presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, lanzó ayer junto al primer ministro británico, David Cameron, una retórica declaración de amistad "inquebrantable" con la que esperan enterrar sus respectivas meteduras de pata de los últimos días. Zardari espera así justificar su ausencia del país en tiempos de tragedia. Se calcula que 12 millones de paquistaníes han resultado ya afectados por las inundaciones, que han dejado más de 1.500 muertos y derruido los hogares de medio millón de personas.
Cameron, por su parte, pretendía esclarecer malentendidos con la antigua colonia y clave en la lucha contra el terror después de acusarle de connivencia con ese mismo terrorismo. El primer ministro británico culminaba así varias semanas de constantes traspiés en política exterior. Desde decir que Reino Unido era en 1940 el "socio menor" de la alianza con Estados Unidos contra Hitler -aquellos eran los tiempos del bombardeo sobre Londres y EE UU aún tardaría un año en entrar en la guerra- a afirmar en Turquía que los palestinos de Gaza están en un campo de concentración y aprovechar un viaje a India para denunciar la connivencia de Pakistán con el terrorismo, además de cometer el desliz, esta misma semana, de afirmar que Irán ya tiene la bomba nuclear.
Unos 12 millones de paquistaníes, afectados por las lluvias torrenciales
Tras reunirse ayer en Checkers, la residencia campestre de los primeros ministros británicos, los dos mandatarios hicieron pública una nota conjunta y prefirieron no convocar una rueda de prensa. Cameron se ha ahorrado preguntas inconvenientes sobre los citados chascos diplomáticos. Y Zardari ha evitado enfrentarse a las que sin duda iban a ser agresivas preguntas sobre su semana en Europa con el magro bagaje de sendas entrevistas con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y Cameron.
Aparentemente, Zardari se ha visto también con los ministros de Interior y de Educación. Pero no se han facilitado detalles de esas entrevistas, que el pasado miércoles aún no estaban programadas pese al detalle con el que suelen prepararse este tipo de viajes.
La estancia de Zardari en Europa coincidiendo con la tragedia de las inundaciones de Pakistán ha suscitado enormes críticas. Sobre todo por su duración, el bajo perfil de las actividades y la sospecha de que el verdadero objetivo de Zardari era descansar unos días y lanzar el sábado en un mitin en Birmingham la futura carrera de su hijo mayor, Bilawal Bhutto Zardari. Las críticas han obligado al retoño, que está cursando estudios en Reino Unido, a declinar su asistencia a ese mitin y sustituirla por una mucho más presentable apertura en Londres de una mesa de donaciones para los afectados por las inundaciones.
La presencia de Zardari desde el martes en Londres -antes había pasado tres días en París- apenas se justifica tampoco por los resultados de su encuentro con Cameron: un comunicado conjunto delicadamente preparado por los diplomáticos de los dos países y carente de sorpresas. Lo más importante es el decidido compromiso de ambos países de "intensificar" la cooperación que ya existe entre sus respectivos cuerpos policiales y de seguridad. Algo que solo los más alarmistas podían pensar que había quedado en cuestión tras las declaraciones de David Cameron en India.
La declaración incluye también la decisión de convocar una cumbre gubernamental anual y el compromiso de Cameron de visitar "pronto" Pakistán.
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