Un futuro de tintes inciertos
El debate sobre las corridas de toros llega a una feria de La Blanca fortalecida en los últimos tres años
Fiestas de La Blanca de 2040; cinco de agosto; cinco de la tarde. Las cuadrillas de blusas y neskas, ataviadas a la antigua usanza, realizan el paseíllo hasta la plaza de toros, espacio donde se desarrolla un espectáculo cualquiera, pero nada que ver con el espectáculo que hoy conocemos. Dos horas y media después, regresan al centro de la ciudad, en las primeras fiestas de La Blanca sin feria taurina. No se trata de un vaticinio del periodista: el horizonte de la desaparición de las corridas de toros en Vitoria lo vislumbran tanto los antitaurinos, como la organizadora de la feria, la sociedad sin ánimo de lucro, Vitauri, aunque por diferentes razones, por supuesto.
"Los toros se los van a cargar los taurinos
Antitaurinos y aficionados ven difícil que se mantenga la fiesta
[apelativo con el que se conoce a quienes se mueven en ese mundo]", afirmaba ayer no sin cierta desazón Juan Ignacio Arte, miembro de Vitauri, que, por cierto, ha resucitado una afición taurina adormecida durante décadas en la capital alavesa. "Es el único sector que no sólo no ha ajustado los precios a la crisis, sino que encima los han subido, sobre todo los ganaderos; así es imposible", añadía. Este grupo de aficionados entusiastas que tomaron hace cuatro años el diseño del programa de la Feria de La Blanca, con respaldo municipal, considera que en Vitoria hay afición, aunque con matices.
"La afición en Vitoria es complicada, porque es una plaza torerista, con lo que los carteles pesan mucho a la hora de llenarla", comenta el responsable de Vitauri. El público requiere figuras, pero a los actuales gestores les gustaría que se inclinara hacia el gusto de sus vecinos de Bilbao y Pamplona, conocidos por su interés por el toro, más allá del nombre de los toreros. "De todos modos, el futuro está en crear afición entre la juventud, está claro, animarle para que venga a la plaza".
Y no parece que, de momento, esta pasión aumente. Según Ibabe López de Sosoaga, portavoz de la comisión de cuadrillas de blusas y neskas, alrededor del 50% de este colectivo no acude a los toros, aunque todos realizan el paseíllo. Entre las 23 cuadrillas las hay taurinas y antitaurinas, y también mixtas. Pero cada blusa o neska tiene libertad para acudir a las corridas; eso sí, el paseíllo antes y después es sagrado.
Kepa Tamames, de ATEA (Asociación para un Trato Ético de los Animales) prevé que la afición siga en caída irreversible. La buena entrada que ha recibido la plaza en estos últimos tres años "ha tocado techo", en su opinión. "Y la cuenta atrás para la prohibición comenzó el pasado 28 de julio", añade, en referencia a la votación del Parlament de Cataluña. "Aquí vamos a tener que apretar un poco más el puño, pero también lo conseguiremos", adelanta en referencia a la diferencia sustancial con Cataluña, la afición. "Pero, incluso entre los propios aficionados de cierta edad con los que tenemos contacto, nos comentan que verán el final de los toros en Euskadi, que son conscientes de la creciente sensibilidad sobre los derechos de los animales", concluye.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.