La perrera se queda sin voluntarios
El 70% de los colaboradores va al centro menos de cinco veces al mes - Algunos animales pasan días y días sin que nadie los saque a pasear
El verano está jugando una mala pasada a los cerca de 200 perros que esperan ser adoptados en el Centro de Acogida de Animales de Compañía de Barcelona (CAAC). Dentro de un mes empezarán las obras para mejorar las instalaciones en las que viven mientras se aprueba el Plan de Usos de Montjuïc, futuro emplazamiento de la perrera municipal, pero el bienestar de estos animales no se concentra en las jaulas. Algunos voluntarios, que piden anonimato, denuncian que en los últimos meses cerca de 30 perros pasan todo el día entre barrotes. "Están mucho más nerviosos, necesitan salir, sobre todo estos días de tanto calor, pero es imposible sacar a todos los animales, no damos abasto", cuentan. En el CAAC, ubicado en la falda de Collserola, hay 16 trabajadores -tres de ellos, veterinarios-, pero los voluntarios son los únicos que sacan los perros a pasear por los alrededores. El coordinador del Programa de Voluntariado, Juanjo Butrón, es rotundo: "Los animales salen a diario". Concede que, a veces, no es posible sacarlos a todos, "pero eso sólo sucede dos o tres veces al mes". Los últimos datos que aparecen en el blog del Programa de Voluntariado correspondientes al mes de marzo lo desmienten. En seis ocasiones quedaron perros sin salir.
Los auxiliares denuncian que se sienten "olvidados" por la dirección
Aseguran los voluntarios que el pasado 3 de julio sólo había cuatro paseadores para 178 perros. Y que hace unos días, 36 animales se quedaron sin salir porque sólo dos voluntarios subieron a Collserola. El verano es un periodo complicado porque coinciden dos factores: crece el número de perros abandonados y algunos voluntarios se van de vacaciones. Sin embargo, otros, cuenta Butrón, intensifican su actividad porque tienen más tiempo libre. Aunque el coordinador admite las bajas en época estival, repite convencido que "los perros salen todos los días". La explicación, sigue, es que los voluntarios que ahora van al centro "se hacen cargo del problema y en lugar de sacar a pasear a los perros de uno en uno, sacan dos a la vez". O tres o cuatro, puntualizan los voluntarios.
Éstos, además, se quejan de que no hay material suficiente, como correas o bozales para los perros peligrosos. Estos canes, por otro lado, sólo pueden ser sacados por voluntarios poseedores de una licencia específica. "El problema es que los bozales que tenemos son demasiado pequeños, de manera que sólo 12 son verdaderamente útiles", protestan. Butrón niega la falta de material, aunque confiesa desconocer qué parte de los 972.100 euros del presupuesto del CAAC para este año se ha destinado al Programa de Voluntariado.
Cada año trabajan en el centro 350 voluntarios. Aunque el número de animales varía a diario, el pasado jueves 29 de julio había 183, así que a primera vista, los animales podrían salir varias veces al día. El problema está en los llamados "voluntarios pasivos", es decir, los que van un día o dos y no vuelven. "Precisamente ahora estamos tramitando la baja de algunos", cuenta Butrón, quien apunta que el voluntario sólo se compromete por escrito a ir a la perrera una vez al mes.
Según los datos de marzo, los últimos colgados en el blog del Programa de Voluntariado, hay 794 voluntarios, de los que sólo 125 son considerados activos. El 70% fueron a la perrera de uno a 5 días al mes. En total 33 personas acudieron entre 6 y 15 días, y sólo 2 pasearon perros más de 16 días. "De 794 voluntarios virtuales a 35 reales, que son los que trabajan todos los meses, hay una pequeña diferencia", denuncia el colectivo. Al margen de eso, los voluntarios afirman que se sienten "olvidados" por la dirección. Hace tiempo que reclaman sin éxito un "espacio digno" para cambiarse. Ahora, dejan sus cosas entre dos pasillos de la perrera. Sólo tienen una mesa y un carrito, en la parte antigua del CAAC. Butrón les da la razón y reconoce que ése es el único punto del documento de derechos y deberes del voluntariado que no se cumple. Los voluntarios discrepan y aseguran que el 90% del texto es papel mojado. Algunas de sus quejas han llegado, incluso, a la Síndica de Greuges del Ayuntamiento de Barcelona.
La nueva perrera de Montjuïc estará gestionada por la concejalía de Medio Ambiente, con la quinta teniente de alcalde Imma Mayol, al frente. Pero a la espera de su inauguración, el CAAC continua dependiendo de la Agencia de Salud Pública. Este organismo, participado por el Ayuntamiento y la Generalitat, asegura que si los perros no salen de las jaulas "el funcionamiento de la perrera no se ve trastocado". Pero el paseo favorece la socialización y mejora el estado de los animales.
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