Azpeitia, en torno al toro
Los 'saninazios' cuentan con los festejos taurinos como eje, basados en una tradición de corridas cercana a cumplir 150 años
Zezena festaren protagonista. Este lema, que dice en euskera que el toro es el protagonista de la fiesta, está presente en el programa oficial de las fiestas de Azpeitia. El alcalde de la localidad, Julián Eizmendi, destaca en su prólogo a los actos festivos que se cumplen 400 años desde que San Ignacio de Loyola fue proclamado patrón de la villa y se estableciera la fecha del 31 de julio como el día para las celebraciones. "En aquel 1610, la fiesta consistía en corridas de toros, danzas y procesiones y misas", asegura el primer edil azpeitiarra. 400 años con el toro presente y casi siglo y medio, desde 1863, con una feria como la que esta tarde comienza en la coqueta plaza de toros local. Tiempo suficiente para que sea un sello de esta localidad.
En pleno siglo XIX, las cuadrillas de torerillos vascos hacían un peregrinaje por muchos pueblos de Vizcaya y Guipúzcoa. Así, andaban guipuzcoanos famosos en la época como José Ituarte Zapaterito, natural de Deba, que llevaba en su cuadrilla de banderilleros a su paisano José Ventura Laca, a quien se guarda tributo cada tarde de toros en Azpeitia tras la muerte del tercer toro con la interpretación del Zortziko, de Aldalur.
Quien visite los denominados Saninaziyuek durante este fin de semana se dará cuenta de que el toro está siempre en el ambiente festivo. Desde la sokamuturra hasta los encierros y juegos para niños con vaquillas hasta la inclusión en el programa de fiestas del sorteo del orden de lidia a las doce del mediodía. Y es que la fiesta nace desde el pueblo. Son los miembros del Azpeitiko Zezenzale Batzordea, unos aficionados locales capitaneados por Joxin Iriarte, quienes se encargan de todo lo necesario para celebrar tres corridas de toros en una villa cercana a los 15.000 habitantes.
Todo ello se desarrolla en ese particular euskera que viste a la corrida de un singular aroma propio en medio de visitantes guipuzcoanos, vascos y numerosos franceses que se adentran en Azpeitia como en un especial reducto taurino. Suficiente para desarmar cualquier tinte político de los que han alentado la prohibición en Cataluña.
El día 18 ya se celebró el concurso de recortadores organizado por otro grupo de azpeitiarras bajo el nombre de Zezenbeltz. Después, el 25, el célebre desencajonamiento de las corridas.
Para la feria que comienza esta tarde han apostado por el toro, por lo que han centrado sus esfuerzos en dos ganaderías de las denominadas duras, la de Dolores Aguirre, que presumiblemente se lidiará con divisa negra por el fallecimiento este mes de Federico Lipperheide, marido de la ganadera, y la portuguesa de Palha. Los matadores serán meritorios con deseo de triunfar. A la del domingo sí se han apuntado figuras como Manzanares y El Cid, a quienes les acompañará como premio el torero que triunfe en las dos citas anteriores en sustitución de Arturo Macías, aún convaleciente.
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