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Reportaje:

Cine para derribar fronteras

28 jóvenes de diferentes nacionalidades graban cortos 'stop motion' en San Sebastián - Las obras abordan las conexiones culturales

Para los 28 jóvenes que durante una semana han disfrutado conviviendo y aprendiendo en San Sebastián, el lunes fue un día de despedidas, de pañuelo al aire y maleta en mano. C`est fini, diría Maddi, natural de Ziburu (Francia); je zaver`sen, añadiría la Jasminka, monitora de Gorazde (Bosnia); Amaitu da, resumiría el donostiarra Ion. En definitiva, se acabó. Todos ellos cruzarán tras un viaje de diferente duración esas delimitaciones que les proporcionan una nacionalidad.

Así es, de fronteras se trata. Tras siete años organizando diferentes intercambios a principios de verano, el departamento de Juventud del Ayuntamiento de San Sebastián decidió aprovechar las posibilidades que se abrían al estar hermanada con otras ciudades. De esta manera, y como promoción para la candidatura de San Sebastián a capital cultural europea en 2016, surgió la idea de realizar unos cortos stop motion con jóvenes alemanes, bosnios, franceses y, por supuesto, donostiarras, que trataran el tema de las conexiones entre los países.

La inciativa se enmarca en la campaña por la capitalidad europea para 2016
Los jóvenes creen que las fronteras son un lastre para el intercambio cultural

"Los jóvenes que vienen a una experiencia así, lo hacen con una predisposición ejemplar para disfrutar y aprender", apunta Ibai Narbarte, coordinador del programa. Para este fin, se han combinado actividades lúdicas, como una excursión a la isla de Santa Clara, una recepción en el Consistorio o una visita al museo Kutxaespacio, con otras más relacionadas con la temática fronteriza, como una salida a Sara y Zugarramurdi para ver de primera mano límites físicos. "Finalmente, hemos conseguido realizar muy buenos cortos", indica Narbarte.

Cada uno extrae sus propias conclusiones de las grabaciones, pero, en general, todos los jóvenes coinciden en la ventaja irrenunciable que supone el intercambio cultural. Por ello, creen, como Jasminka, monitora bosnia, resume, "que las fronteras están muy bien para unas cosas, pero son obstáculos para la multiculturalidad". Ion va más allá y opina que "las fronteras no nos permiten relacionarnos totalmente con otros países, culturas y personas". Por esto, Maddi considera fundamental "conocer mucha gente diferente". Tendrán la oportunidad de seguir haciéndolo en Wiesbaden (Alemania), donde continuará el intercambio.

Desde su base en el albergue de La Sirena, en el barrio del Antiguo, este diverso grupo ha podido comprobar y valorar la capacidad de la ciudad para ser designada capital cultural europea. Jasminka y Ion coinciden en que "es una muy buena candidata, puesto que tiene muchas alternativas culturales internacionalmente conocidas". Maddi, sin embargo, piensa que, pese al trabajo que se está realizando por parte de todos, falta un paso más para ser la mejor. "En Europa hay una muy dura competencia".

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