George Steinbrenner, dueño de los Yankees de Nueva York
Pocas personas tuvieron un impacto similar en la vida de Nueva York durante las últimas cuatro décadas como George Steinbrenner. Y pocos empresarios tuvieron la visión, la influencia y el respeto en el mundo del deporte en Estados Unidos como el propietario del equipo de los Yankees, que se convirtió ayer en leyenda tras morir de un infarto de corazón en Tampa (Florida). El pasado 4 de julio celebró los 80 años.
Como dijo el alcalde neoyorquino Michael Bloomberg, era un día triste no solo para los fans del equipo de béisbol del popular barrio del Bronx, si no para la ciudad entera. Steinbrenner fue el que llevó la franquicia de los Yankees a lo más alto, hasta hacerse con siete títulos desde que en 1973 se hiciera con el control del equipo. Y eso lo logró, en gran medida, gracias al modelo de gestión que siguió, considerado toda una revolución en este deporte.
Pasión y esfuerzo
Era, como dicen por las calles de Manhattan, la quintaesencia del neoyorquino, por la pasión, talento y esfuerzo que puso siempre para que los Yankees estuvieran en la cima. La cima es pasar de costar 8,8 millones de dólares (6,9 millones de euros) -la cantidad que abonó Steinbrenner a la CBS por el equipo en 1973, que no ganaba un título desde 1962- a que la franquicia de los Yankees hoy se valore en 1.600 millones de dólares (unos 1.200 millones de euros), estima Forbes. La pasión de los fans creció tanto como los números. En 1973, menos de un millón de personas acudía al estadio a animar a los suyos. Hoy superan los cuatro millones. Su modelo de negocio se basó en la gente, en los seguidores.
El último título lo consiguió la pasada temporada, en otro claro ejemplo de hasta dónde llega su legado en el béisbol. Y lo que funciona para el equipo local, también funciona para la ciudad, a la que no faltó con sus generosas obras caritativas.
Su muerte reverberó por todo el país y entre los fans de equipos rivales. En Twitter fue ayer el tema más comentado en la clasificación en el tráfico global. Steinbrenner, conocido como The boss, El jefe, era "un gigante del mundo del deporte", decía la nota de su familia anunciando el fallecimiento. "Una fuerza en la industria", le reconocían Fred y Jeff Wilpon y Saul Katz, propietarios de los Mets, el otro equipo local. Los tres hablan del "fin de una era" en la historia del deporte del béisbol en Nueva York.
Todos le reconocen el trabajo por rescatar a los Yankees y, con su determinación, transformar la franquicia hasta convertirla en la más popular del mundo. Y eso a pesar de que Steinbrenner era una persona muy emotiva, que no se callaba nunca lo que pensaba, lo que no evitó roces con otros directivos y técnicos del equipo. Su visión para el equipo culminó el año pasado, con la inauguración del nuevo estadio en el Bronx.
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