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El plan del Barça salva de la piqueta un barrio de casitas de Les Corts

70 viviendas y locales quedan liberados de una afectación de 60 años

Blanca Cia

Para muchos, la operación de la recalificación del Miniestadi del Barça es un pelotazo. Para los vecinos de un grupo de casitas que están a un paso de este, en cambio, el proyecto ha sido la llave para que sus domicilios y negocios dejen de estar afectados. Lo estaban desde hace casi 60 años por sucesivas leyes urbanísticas que no se ejecutaron. En 1976, el Plan General Metropolitano (PGM) previó hacer equipamientos y zona verde, y abrir nuevos viales en esa zona de Les Corts: entre la Travessera, Cardenal Reig y Sant Ramon Nonato. El Ayuntamiento nunca lo ha ejecutado.

Toda una losa -denegación de permisos, pérdida de valor de sus propiedades e inseguridad jurídica- para los propietarios de casitas construidas, en su mayoría, entre 1915 y 1936. El grupo municipal de CiU dio su a la recalificación del Miniestadi después de negociar con el bipartito que ese barrio pintoresco de Les Corts fuera liberado de la afectación.

Las casas y una nave industrial fueron construidas entre 1915 y 1936

"Nosotros nos enteramos cuando mi padre quiso construir un piso más para mi hermano, que se casaba. Cuando ya tenían los planos, el Ayuntamiento negó el permiso porque dijo que se abriría una calle. Y mira qué edificio construyeron", explica Mercè Alabart, una de las vecinas del barrio, mirando un bloque de 12 plantas en la calle del Pintor Tapiró, justo frente a su casita. "Se ve que para algunos la ley no era la misma", comenta con ironía.

Su padre compró la casa (era un pequeño colmado con vivienda incluida) en 1948. Y ha funcionado como pequeña tienda de comestibles hasta que ella se jubiló, hace siete años.

Tiene planta baja con un bonito patio y otra arriba. Una composición muy similar a las que la rodean, desde la Travessera hasta Cardenal Reig, donde el grupo de casas conforma una plaza de las raras en Barcelona: es tranquila, arbolada, y no la atraviesa ninguna calzada. Mercè recuerda que casi todo eran huertos hasta llegar a Collblanc, donde estaba el mercado, y la iglesia de Sant Ramon Nonat. Los edificios altos que rodean ese rincón se empezaron a construir a mediados de los sesenta. Además de las casas, la principal pieza la conforma una gran nave industrial con una alta chimenea que está protegida por el catálogo. Actualmente en ella hay talleres de todo tipo.

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La desafectación no es total: hay un pequeño pasaje que se abre en la calle del Pintor Tapiró en el que conviven cuatro pequeños talleres y viviendas. "Estos son los únicos afectados que serán realojados aquí mismo", explica Ricard Fayos, director técnico de Urbanismo. En un futuro, está previsto abrir el interior de la manzana para crear una zona verde, lo que también supondrá la expropiación de un negocio. Todo eso requiere unos recursos económicos por parte del Consistorio: "Ahora no es buen momento para expropiar", reconoce Fayos. Admite también que se hace justicia porque no es normal que la Administración mantenga una afectación tanto tiempo.

Lo único seguro, de momento, es que las casitas del barrio se quedarán como están -se consolida lo edificado, pero no se pueden levantar más pisos- y sin la espada de Damocles de una afectación en el registro.

"Nos parece bien. A nosotros lo que nos interesa es estar en regla en nuestra casa, no hacer negocio", añade Mercè en el patio de su casa. "Aquí el único que ha cumplido ha sido Trias

[en referencia al presidente de CiU], que vino a cinco reuniones", insiste la vecina.

Son culés hasta la médula -su marido, Francisco Ruiz, tiene el carnet de socio 7.363 del Barça- y no les gusta nada la recalificación del Miniestadi. Porque la construcción de 1.400 pisos puede dar al traste con ese tranquilo rincón, pero sobre todo por la actitud que tuvo el ex presidente de la entidad, Joan Laporta: "Cuando estaban negociando con el Ayuntamiento, Laporta dijo que comprarían toda esta zona -alrededor de 28.000 metros cuadrados de superficie- para los equipamientos que tenían que salir en la operación. Como si nosotros fuéramos moneda de cambio de su negocio".

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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