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Reportaje:SUDÁFRICA 2010 | España-Holanda, gran final del Mundial

Fútbol guerrero

La prensa holandesa caldea el ambiente con el recuerdo de la victoria en la Guerra de Flandes

Isabel Ferrer

Las guerras de los más rancios ancestros de nuestros antepasados reaparecen en torno a la final del Mundial de fútbol. La prensa holandesa no ha podido sustraerse a los símiles bélicos, y el choque entre España y Holanda se presenta como una batalla ficticia. Lógicamente, el ajuste de cuentas histórico, espejo de la justicia popular, sería el triunfo de la selección oranje en Johanesburgo. Serviría de remache a la victoria contra las tropas de Felipe IV en la Guerra de Flandes, en 1648. nrc.next, la edición matutina del vespertino NRCHandelsblad, un diario serio, y De Pers, distribuido de forma gratuita, han dedicado sus páginas a un desquite que parece interminable.

El primero recuerda al lector en portada que vencieron en la Guerra de los 80 Años, nombre oficial de la contienda para los holandeses. "En 2010 también podremos hacerlo", concluye tranquilizador el rotativo. El titular es bronco. La letra pequeña que le acompaña, aún más áspera. "Ganar a España no tiene por qué ser difícil. Solo hay que albergar sentimientos de venganza. A un enemigo quieres vencerle", afirma. Una foto en blanco y negro ilustra el deseado desquite. Muestra a un hincha de la final perdida contra Alemania en 1974. Su gesto melancólico refleja el segundo mensaje de esta final. En cierto modo, España le ha robado a Holanda la posibilidad de medirse de nuevo con los germanos. De ahí que John Kroon, autor del artículo que acompaña la primera página, cierre el ciclo guerrero con una arenga irónica. "España, el país del duque de Alba (de nuevo los tercios de Flandes). El de la Guerra de los 80 Años. ¿No deberíamos hacer algo?".

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De Pers aborda contundente la final del Mundial. Ofrece a sus lectores seis razones "para odiar a España". Son éstas: "Maltratan a los animales; consideran un héroe al duque de Alba; mandan okupas a Ámsterdam que causan destrozos; han descalabrado la economía europea; maltratan a las mujeres y han llegado a la final del Mundial". Curiosamente, la Holanda y España actuales no se reconocerían en estos espejos deformantes. Sus relaciones diplomáticas y comerciales son excelentes y el turismo, en ambas direcciones, sigue en buena forma. Entre tanto alarde histórico inoportuno, los que de verdad están dando una lección soldadesca de la buena, son las tropas holandesas destacadas en Afganistán. Con ayuda de la Federación Holandesa de Fútbol, han organizado su propio campeonato mundial. Servirá para recaudar fondos para obras caritativas. En su caso, el escenario será un auténtico Campo de Marte trasladado de época e intenciones.

Para cuando todo haya pasado, el pragmatismo reinará de nuevo en la tierra del consenso.

Banderas holandesas y españolas en un edificio de Ámsterdam.
Banderas holandesas y españolas en un edificio de Ámsterdam.GETTY

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