Unicaja y Cajasol apalabran su unión tras fracasar la puja conjunta por Cajasur

Los presidentes de Unicaja, Braulio Medel, y de Cajasol, Antonio Pulido, apalabraron ayer ante sus consejos de administración suscribir un futuro protocolo de intenciones de integración, después de que fracasaran en su objetivo de presentar una oferta conjunta en la puja por Cajasur. Las dos entidades presentarán hoy por separado sus propios proyectos para hacerse con la entidad cordobesa.

Esta es la primera vez que la caja malagueña y la sevillana dan un paso adelante, más allá de las voluntades políticas, para unir sus fuerzas. Fue lo que se les pidió desde el Gobierno andaluz -el comunicado se negoció en el despacho del consejero de Economía por la mañana-, después de que el Ejecutivo hubiera movido todos sus resortes para que pujaran juntas por Cajasur y que se mostrara convencido de que cumplirían sus órdenes. El compromiso es, por ahora, una declaración verbal de sus presidentes, aunque no hay ningún mandato expreso de los consejos de administración como hubiera sido el deseo de los socialistas. Tampoco aclaran si trabajarán por una fusión fría o real. Ni dan plazos.

El comunicado se pactó en la sede de la Consejería de Economía

Medel y Pulido sí tienen el mandato expreso de sus consejos de caminar unidos en el que caso de que alguna de las dos cajas sea finalmente la ganadora de la adjudicación de Cajasur. Las dos cajas explican en un comunicado similar, pero no idéntico y con matices que pueden dar que hablar, que optaron por presentar cada una su proyecto por ser la "mejor opción" para que la entidad cordobesa se pueda quedar en Andalucía. Eso sí "con el compromiso mutuo de dejar abierta la incorporación de la otra caja" a través del "vehículo que considere más adecuado", lo que apunta a una ficha bancaria, dice Cajasol.

El cruce de las dos puertas abiertas no se antoja nada fácil. "Va a haber veinte millones de tirones por minuto", aventuró una fuente del Gobierno. Un dato, Cajasol emitió su comunicado a las 20.32 horas, después de adelantar dos horas su consejo extraordinario por el España-Alemania, mientras que Unicaja inició el suyo, ordinario, a las ocho de la tarde como tenía previsto y lo hizo pasadas las 0.23, después de parar para ver el segundo tiempo de España. Lo esperado era que lo hicieran a la vez y que fueran iguales. Cajasol decidió lanzar el suyo después de rechazar cambios sugeridos por Unicaja distintos, según la entidad sevillana, a los negociados por la mañana. Los sindicatos de las dos cajas no apoyaron los comunicados.

La decisión de las dos cajas salva en parte la cara al Gobierno del socialista José Antonio Griñán, que había apostado muy fuerte por un proyecto común de Unicaja y Cajasol por la institución cordobesa. Sus instrucciones y las del PSOE no se han cumplido al pie de la letra. El Ejecutivo y el PSOE han presionado hasta dónde han podido para que ese objetivo se lograra, en el convencimiento inicial de que los dos ofertas juntas sumaban más y eran poco menos que "imbatible", como sostenía un dirigente socialista frente a las del resto de concursantes.

Después de negar problemas técnicos como alegaban las cajas, fuentes del Gobierno terminaron por admitir que las dos entidades les advirtieron que en algunos parámetros sí mejoraban, pero que en otros empeoraban la oferta individual (morosidad), por lo que presentar un proyecto a dos bandas poco consistente -en un concurso donde el FROB exige detalles muy minuciosos y exactos de cómo se debe gestionar la entidad cordobesa- podrían empeorar sus ofertas individuales, como vienen a reconocer en el comunicado.

En la reunión del pleno de la ejecutiva del PSOE celebrada por la mañana, Griñán adelantó a los suyos parte de la decisión de los dos consejos, la que hacía referencia a las ofertas vinculantes, y reconoció que las negociaciones eran difíciles y complejas, aunque admitió que algunos de los asuntos, que no especificó, se podían haber resuelto con voluntad de las dos partes, según fuentes socialistas.

Sin embargo, la posición del Ejecutivo difiere de la que mantienen algunos miembros del PSOE, que creen que si no ha habido una oferta conjunta es porque los cajeros no han querido. En cualquier caso, no hubo reproches para ninguno de los dos. Al menos, ayer. El objetivo ahora es que Cajasur se quede en manos de alguna de las dos cajas andaluzas. Ya vendrán las quejas a los dos presidentes -y también las presiones para que se den prisa en su proceso de integración- si la entidad cordobesa sale de Andalucía.