El Mundial premia el juego colectivo
Las grandes estrellas fracasan mientras España saca provecho de su banquillo
A un paso de las semifinales, Sudáfrica ha laminado a las estrellas mediáticas en favor del juego colectivo y el entrenador sencillo. España, que mañana se juega el pase a la final, es el vivo ejemplo del colectivismo, aprovechando al máximo su banquillo. Alemania, Holanda y Uruguay escenifican también esa nueva jerarquía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
