La peor verbena fue la más tranquila

Esta trágica revetlla de Sant Joan ha sido paradójicamente, exceptuando el gran horror de Castelldefels, bastante tranquila. Las carreteras catalanas no registraron ningún accidente mortal y en general el número de personas que recibieron asistencia hospitalaria ha descendido a la mitad respecto a la verbena del año pasado. En el transcurso de la festiva noche, 131 personas fueron atendidas en hospitales, mientras que en 2009 la cifra fue de 279, según informó el Departamento de Salud de la Generalitat. La mayoría de las asistencias se debieron a quemaduras y heridas oculares producidas a causa de los omnipresentes petardos, cohetes y hogueras.

De las 131 personas atendidas, 96 lo fueron en centros médicos de las comarcas de Barcelona. En cuanto al tipo de lesiones -al margen del accidente ferroviario-, se registraron 74 quemaduras leves y 3 graves, 17 traumatismos o amputaciones, y 37 lesiones oculares. Entre los atendidos figuraban 42 menores de 11 años y 23 de entre 11 y 17 años. El teléfono de emergencias médicas 061 recibió 2.486 llamadas entre las 20.00 horas del miércoles y las 7.00 de ayer, causadas por 1.962 incidentes.

Los hospitales atendieron a 131 personas, sobre todo por quemaduras

75.000 ciudadanos celebraron la verbena en las playas barcelonesas

Los Bomberos de la Generalitat efectuaron 978 salidas durante la verbena, en este caso incluidas las motivadas por el accidente ferroviario de Castelldefels. Aparte de ese luctuoso suceso, la mayoría de las salidas estuvieron motivadas por pequeños incendios en contenedores y otro mobiliario urbano o en vegetación urbana, y como prevención y seguimiento de las hogueras encendidas durante la fiesta. Los bomberos contabilizaron 27 incidentes relacionados con heridos o quemados por material pirotécnico. En total, el centro de emergencias 112 de la Zona Franca atendió 9.504 llamadas hasta ayer a las 7.00 horas.

Pese a la inexistencia de víctimas mortales en la carretera, el Servicio Catalán de Tráfico informó de que se registraron cinco accidentes de gravedad en las vías catalanas, con el resultado de 5 heridos graves y 14 leves. El 7% de los conductores sometidos a controles durante la verbena (se instalaron 73) dio positivo. En total, 286 han sido sancionados y 32 imputados penalmente; siete que se negaron a hacer la prueba también han sido denunciados. Hasta el cierre de la operación, ayer a las 15.00 horas, lo más destacado en el tráfico por carretera fueron las retenciones registradas el miércoles por la tarde en la AP-7 en sentido norte, que alcanzaron 30 kilómetros.

Un país traumatizado por el accidente ferroviario volvía ayer lentamente a la normalidad en calles, plazas y playas, aunque se podían ver aún testimonios de la verbena -las ruinas de la fiesta- por toda Cataluña. En Barcelona, en la plaza de Lesseps, por ejemplo, donde ardió una gran hoguera, sus restos aún permanecían allí ayer a las 13.00 horas, un indicativo de que la limpieza se tomaba su tiempo. El Ayuntamiento informó, en cambio, de que las playas de la ciudad, en las que nutridos grupos de personas seguían celebrando la verbena ya con luz de día, quedaron totalmente recuperadas a las 9.30.

Unas 75.000 personas eligieron las playas de la ciudad para celebrar la verbena, un número inferior al del año pasado, cuando lo hicieron 82.000. Los servicios de limpieza recogieron ayer 21 toneladas de basura en las playas, frente a las 25 toneladas de 2009. En cuanto a los desplazamientos en metro, TMB registró entre el miércoles a las 22.00 y ayer a las 8.00 horas 211.300 validaciones, una cifra ligeramente superior a la del año anterior, cuando fue de 208.500. Las paradas con más afluencia fueron, lógicamente, las cercanas a las playas: Ciutadella-Vila Olímpica, Barceloneta y Poblenou.

En su balance de la verbena, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, destacó el "normal desarrollo" de esta, al margen de la gran tragedia de Castelldefels. También apuntó la "menor afluencia de ciudadanos en los espacios públicos".